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15 curiosidades sobre la Ciudad Universitaria que quizá no sabías

Recorrimos las áreas del Centro Directivo Cultural de la Ciudad Universitaria de Caracas junto a una guía del Consejo de Preservación y Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela, quien nos dio algunos datos que quizá no conocías sobre el recinto, Patrimonio de la Humanidad

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Carlos Raúl Villanueva, el arquitecto que planteó una síntesis de las artes mayores dentro de la casa de estudio, consciente de la importancia de su labor no escatimó en obtener lo mejor y más avanzado para lograr su obra maestra: la Ciudad Universitaria de Caracas. ¿Cuántos artistas participaron en la obra? ¿Cuánto tardó la construcción de la Universidad? ¿Dónde se realizaron las primeras graduaciones dentro del nuevo recinto? ¿Cómo el Aula Magna logró tener tan buena acústica? ¿De dónde tomó Villanueva la idea del Pastor de Nubes? Estas son algunas interrogantes que pudimos dilucidar durante el paseo realizado este 17 de febrero.

Desde hace tres años la Galería de Arte Nacional (GAN) organiza las denominadas Visitas Patrimoniales a lo largo de aquellos espacios de la capital venezolana que tengan un valor artístico importante. En esta oportunidad, junto a Xiomara González del Consejo de Preservación y Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela (Copred-UCV), el grupo visitó el Centro Directivo Cultural, que incluye la Biblioteca Central, el Aula Magna, Plaza Cubierta, Plaza de el Rectorado y el Paraninfo. En cada espacio, el afamado arquitecto integró de manera casi perfecta, las obras de arte junto a un diseño arquitectónico muy vanguardista para su época. Además incluyó la vegetación en su planificación lo que culminó en una obra extraordinaria cúspide en la modernidad.

    1. El Patrimonio no es de la Universidad Central de Venezuela. De acuerdo con Xiomara González, tras 16 años de la selección de la Ciudad Universitaria de Caracas como Patrimonio mundial de la Humanidad de la Unesco, aún hay personas que consideran que es un reconocimiento a la Universidad. “Lo que es patrimonio es la sede principal. La UCV es la primera casa de estudio del país pero no tiene el nombramiento. Lo tiene su sede, que es distinto”, aseguró.
    2. Villanueva trabajó en el proyecto 20 años y contó con el apoyo de los presidentes de la época, Isaías Medina Angarita y Marcos Pérez Jiménez. La construcción empezó por el Hospital Clínico Universitario y toda el área médica en 1947. Los terrenos en los que se impuso la institución, anteriormente pertenecían a la Hacienda Ibarra, antigua propiedad de Simón Bolívar.

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      “Homenaje a Malevitch” de Victor Vasarely Foto: Samid Castro Chastre
    3. El arquitecto convocó a 25 artistas plásticos para adornar las edificaciones que diseñó. 15 de ellos eran venezolanos y el resto extranjeros principalmente franceses, estadounidenses y españoles. Dentro del repertorio de artistas tan solo una mujer aportó una obra. Fue Sophie Taeuber-Arp, justamente  esposa de Jean Arp, creador del Pastor de Nubes.
    4. Se incorporaron, al menos, 107 obras de arte al diseño de Villanueva. Él mismo se contactó con los artistas y evaluó los bocetos para dar con las piezas que mejor le funcionaran para su proyecto. Para la fabricación de cada obra se utilizó material importado. Incluso los mosaiquillos de los murales fueron traídos de Europa. Eso en la actualidad se ha vuelto un problema porque los altos costos imposibilitan adquirirlos. “Aquí en el país se fabrican unos muy parecidos pero nunca iguales. Al observarlos con detenimiento vemos que cada color tiene una policromía propia, que no es un tono específico y ese sutil juego de colores no es fácil de hacer”, dijo González.
    5. Sophia es una de las obras que, aunque visible, pocos conocen. Sobre la Torre de Enfriamiento que resguarda las turbinas que generan el aire acondicionado para los edificios de esa zona, Villanueva dispuso el espacio para un mural. El elegido fue uno de Víctor Vasarely quien tomó inspiración de su amistad con Sofía Ímber para hacerlo y posteriormente se lo dedicó. La vista se complementa con una escultura de Antoine Pevsner al fondo y un frondoso jardín que ambienta la escena.sofia-vasarely
    6. La gran mayoría de las esculturas que se irguieron finalmente en la Ciudad Universitaria fueron expuestas en Francia antes de realizar el viaje en barco hacia Caracas. “Eso significa que lo que estaba ocurriendo en este país era muy relevante para todo el mundo. La prensa reseñaba lo que estaba pasando aquí, porque era justamente una forma de proyectar el modernismo en la arquitectura”, refirió la guía.
    7. El vitral que adorna el segundo de los tres pisos de la Biblioteca Central es original del artista francés, Fernand Léger. Transmite sabiduría, fuerza, dinamismo y una luminosidad sosegada, pacífica o neutra. “Así lo hace el autor porque busca la luz del conocimiento”, dijo González. Léger murió antes de poder observar su pieza terminada y tampoco estuvo presente durante el montaje. De acuerdo con el relato que presentaron, gran parte de los artistas visitaron sus obras por primera vez al momento de la inauguración del recinto o a posteriori. “Mandaban los bocetos por carta, para que los artesanos las ensamblaran aquí”, recordó la facilitadora de Copred.biblioteca-fernand-leger
    8. Primero se hizo el aula y después las nubes. Una de las obras insignes de la UCV son los platillos volantes o también conocidas como las nubes de Cálder. Lo cierto es que el arquitecto llamó al artista francés luego de culminar el aula para que lo ayudara a reparar el problema de la acústica. “Los ingenieros de sonido, luego de haberla terminado, se dieron cuenta de que la acústica no iba a servir para nada por lo amplio del espacio”, indicó la experta y aseguró que Villanueva le dijo al Cálder que en vez de hacer una obra para otro lugar, hiciera algo para esa sala. El artista diseñó entonces unos páneles de madera acústicos en forma de platillos y de diversos tamaños, que finalmente ayudaron a resolver el problema.img_0199
    9. Mientras colocaban las nubes, la Orquesta Sinfónica Venezuela tocaba en el sitio para que los ingenieros de sonido supieron cuál era el ángulo perfecto para perfilar cada platillo. A pesar de que se pensaron movibles, en 60 años no se han tocado y siguen tal cual fueron colocadas por primera vez. Cofred espera el contacto con la fundación del artista estadounidense para el mantenimiento de la estructura. No son  solo esos plafones los que están en pro de la acústica dentro del Aula Magna. Incluso las 2.790 butacas tienen unos agujeros debajo para que cuando estén plegadas y  no haya gente, se escuche igual que si estuviera la sala llena. Sobre la tarima, otras molduras especiales se ubican para aprovechar el sonido.
    10. Para el momento de la inauguración del Aula Magna, en 1953, se llevaba a cabo la X Conferencia Iberoamericana. Personas de diversos países asistieron y Villanueva equipó la sala con equipos de última tecnología para la traducción simultánea. Aún hoy se pueden ver los vestigios de aquel aparataje: unos listones de aluminio bajo cada asiento y cinco cabinas de lado izquierdo, en las que se encontraban los traductores.
    11. Un palco presidencial se ubica arriba y al centro de la sala. Por muchos años ese puesto permaneció resguardado para rectores o figuras importantes. Incluso tiene una entrada particular a la que se accede por escaleras externas, pero en la actualidad es tan solo un puesto más. Los rectores se suelen sentar más abajo.
    12. El Pastor de Nubes surgió de una visita que hizo Villanueva al taller del artista. Vio una miniatura  azul con esa forma y supo que era aquella la obra que esperaba para ese espacio aunque en los diseños había planteado algo más chato y ancho. El bronce con el que se hizo permite entonces que se refleje el cielo sobre ella y de allí viene su nombre.

      Pastro de nubes Foto: Samid Castro Chastre
      Pastor de nubes Foto: Samid Castro Chastre
    13. El mural de Mateo Manaure que está detrás del Pastor de Nubes es el único que ha sido reconstruido en vez de restaurado. En su momento, estudiantes pegaban afiches y papeles directo a la pared, adornada con pintura, cosa que lo arruinó. Se decidió en la década de los 70 incorporar un espejo de agua -pequeña piscina- para evitar el paso y cambiar la pintura por cerámicas. Manaure es el único de los artistas que participaron en la obra que permanece con vida. Él ayudó durante el proceso de reconstrucción de su obra.imag5742
    14. Cuando cae la tarde, entre las 4:30 y las 5:00, se crea en la plaza Cubierta un espectáculo visual por la entrada de luz a través de los bloques calados. Este es un espacio de interés social para poder compartir durante el día, pero con la bondad de tener un techo que resguarde del sol y el calor. “Villanueva, nacido en Londres, se vio demasiado maravillado una vez que llego al país por el clima tropical por tanto intentó sacarle el máximo provecho a esa iluminación natural en cada obra que realizó”, explicó González.
    15.  El Paraninfo es uno de los sitios menos conocidos de la Universidad y era donde anteriormente se realizaban los actos de grado. Un mural con los mismos colores que se le asignan a las facultades, le permite una hermosa entrada de luz a un espacio cerrado, que aún huele a la madera que cubre paredes y techos. En la actualidad, este espacio funciona para la  de condecoraciones especiales y también se utiliza como capilla ardiente.
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Paraninfo Foto: Samid Castro Chastre

Nadie duda de lo magestuoso de la obra más ambiciosa del arquitecto Carlos Raúl Villanueva, así como de la grandeza de las obras que exhibe por doquier. Sin embargo, los años, el uso la sobre población que vive la Universidad, juegan en contra de mantener los espacios. Reponerlos o restaurarlos se vuelve cada día una tarea más difícil, por eso es que se agradece tener el máximo de los cuidados al momento de ver las obras.

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Reloj Foto: Samid Castro Chastre