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Con amor y música se viaja “Para Elorza sin canción”

El cortometraje de María Fernanda Martínez fue seleccionado en el Festival de Cine Latinoamericano de Rosario y en el Novelísimo International Debut Film Festival de España

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Rodrigo Pimentel iba en un bus hacia Los Llanos. Con él viajaban un grupo de músicos equipados con sus instrumentos. El autobús nunca llegó a su destino, se quedó varado en una de las paradas del trayecto. Era de madrugada, pero a él no le importó quedarse a improvisar junto a los señores hasta el amanecer. La música llanera resonó esa noche y quedó retumbando en la cabeza de Pimentel, quien al llegar a Caracas le comentó el episodio a María Fernanda Martínez, su novia para ese momento.

Esa noche de jamming se transformó en la semilla que daría vida al cortometraje Para Elorza sin canción, proyecto de grado de Martínez para el departamento de Cine de la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela. Desde hace un tiempo, la realizadora tenía ganas de hacer una pieza audiovisual relacionada con el Llano y sus tradiciones. Entonces, aprovechó la idea y escribió sobre Valentín, un caraqueño amante de la cultura llanera que viaja a conocer a una chica elorzana de quien está enamorado. En el camino se enfrenta a sus inseguridades y prejuicios, comparte su viaje con cantautores que enriquecen su visión de la música de la zona y al llegar redescubre su propia visión sobre lo llanero.

El humor es el género que hila al cortometraje, y el amor y la música son los elementos que movilizan a los personajes. “Cuando comencé a escribir el guión junto a mi tutor Rafael Marziano, nos preguntamos cuál sería el motivo por el que un caraqueño decidiría viajar a Los Llanos. Concluímos que sería por amor a esa tierra, a su música y a una muchacha. Asimismo, Valentín se enfrenta al temor de no cumplir con el estereotipo de hombre recio llanero”, explica Martínez, directora del film.

De la capital a Los Llanos

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Gran parte de los habitantes de Caracas ha oído acerca de este pueblo por la pieza Fiesta en Elorza y las celebraciones a San José. Sin embargo, al nombrar el corto Para Elorza sin canción la idea era indicar que el acercamiento iría más allá de lo conocido en la capital. Esta dicotomía también se refleja en el deseo del protagonista de llevarle un joropo a su enamorada y darse cuenta, al escuchar a los joroperos nativos, que escribir una pieza así no es tan sencillo. “A través de esos encuentros con el otro se desmontan los prejuicios existentes entre el llano y la capital. Allá hay gente que sabe muchísimo de música, son todos virtuosísimos sin tener escuela formal”, puntualiza Martínez.

El cortometraje se financió casi en su totalidad de forma independiente. La Villa del Cine, a través de su programa Villa Paz, aportó dinero para el film pero, luego de haber terminado la postproducción, representó solamente 8% del presupuesto final. El resto se costeó con dinero propio o a través de contribuciones en cuanto a alojamiento, comida y transporte. El rodaje duró seis días, el casting inicial se hizo en Caracas con actores que ya conocían de otras películas y luego se hizo otra selección en el sitio para los extras y los personajes secundarios.

El elenco lo integra Gregory Maldonado, quien interpreta a Valentín; Naireth Artahona como Diana; Leonard Jácome como Teo Bolívar; Antonio Galíndez como Teobaldo; Asdrúbal Casanova en el papel de Teófilo y Óscar Reyes como el vendedor de helados. También contaron con la participación especial de Teo Galíndez, quien interpretó al cantautor del autobús.

La experiencia y la recepción

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María Fernanda Martínez Foto: Ezequiel Carías (EZvisual)

Para Martínez la experiencia de grabar en Elorza fue muy gratificante, auqnue lamentó no haber visitado el sitio antes de la pre-gira para integrar mejor al guión la riqueza cultura del sitio. “Tienen mucho que ofrecer y además están muy abiertos a compartir lo que tienen. Les encanta que hablen de su pueblo y siempre están dispuestos a ayudar”, recuerda.

El mayor obstáculo al que se enfrentaron fue grabar en exteriores. El sol inclemente dificultó mantener el raccord de luz, de las nubes y del cine. Además la brisa constantemente levantaba la tierra, por lo que los equipos se ensuciaban con facilidad. El polvo afectó también al camarógrafo quien, en una ocasión, tuvo que retirarse por un serio ataque de asma. Sin embargo, más allá de las dificultades el rodaje se terminó satisfactoriamente el tiempo establecido.

“A pesar de todo tratamos de llevar el cortometraje a los niveles más altos para que pudiese concursar afuera. Nos ha sorprendido que ya hemos quedado en dos festivales internacionales: en Festival de Cine Latinoamericano de Rosario, Argentina y en el Novelísimo International Debut Film Festival de España”, comenta la realizadora. En Venezuela quedó seleccionado en el Festival ELCO en Lecherías, en los Premios Municipales del Cine, en la 9na Muestra de Cine Latinoamericano y en la Muestra Competitiva de Universidad Audiovisual

sin-tituloEl film aún no está disponible para el público debido a las regulaciones de los festivales internacionales que exigen, muchas veces, una obra inédita. No obstante, se proyectó en la sala móvil de Gran Cine en Elorza y la recepción del público fue buena. Pensaban que al menos unas 200 personas se acercarían a ver la película y, al momento de la función, fueron alrededor de 700 personas, “todo el pueblo estaba ahí metido”, indica la realizadora.

“Yo estaba aterradísima porque el corto es la visión de un caraqueño hacia ellos y no sabía si se iban a sentir reflejados en lo que grabamos, ese era el gran reto. Pero cuando comenzó la proyección fue increíble, la gente comenzó a reírse progresivamente hasta que todo el mundo estaba soltando carcajadas. Ese fue el mejor día de mi vida”, cuenta con emoción Martínez. Desde ese momento ha tratado de que la película no se engavete, siente que la conexión con el espectador se puede generar y podría tener éxito.