“El Amparo” aterriza en Venezuela después de ser multipremiada internacionalmente
La ópera prima de Rober Calzadilla relata la masacre ocurrida en el caño La Colorada desde el universo interno de sus sobrevivientes, Pinilla y Chumba
“La lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido”. Esta frase de Milán Kundera sintetiza el argumento de El Amparo, película dirigida por Rober Calzadilla que narra la masacre a 14 pescadores perpetrada por un comando militar en el caño La Colorada. A las víctimas se les acuso de guerrilleros, pero dos sobrevivientes se mantuvieron firmes en contar la verdad de lo ocurrido. Este hecho tuvo lugar en 1988. Todavía se espera por un juicio.
Luego de un exitoso recorrido internacional por más de 50 festivales este largometraje aterriza en las salas venezolanas. Desde finales de 2016 ha sido uno de los filmes más sonados junto a La Familia de Gustavo Rondón Córdova, La Soledad de Jorge Thielen Armand y El Inca de Ignacio Castillo Cottin. Fue escogida como representante de Venezuela en los premios Goya para luego participar en la selección de las cinco piezas que competirán en la categoría de cine iberoamericano.
También se llevó el premio a mejor película en el Festival de Sao Paulo, en el de Cine Hispanoamericano de Marsella, en el Latinoamericano Ojoloco de Grenoble y en el Festival de Cine Venezolano de Mérida, además de 4 otros galardones. En Biarritz, Bogotá y Milán el público la escogió como ganadora y el jurado le otorgó mención especial en el Festival de Cine Latinoamericano de Monterrey y en el Cinemetográfico Internacional de Uruguay.
La actuación primero
A pesar de la gran aceptación internacional, la película está hecha para el público venezolano. Se busca dejar inquietudes en el espectador y activar la reflexión en torno a una forma de asumir la realidad. Karín Valecillos escribió el guión inspirada en su anterior obra de teatro 29-10-88, por lo que el trabajo de los diálogos y el cuidado de las actuaciones son elementos fundamentales en la construcción del universo del largometraje.
Al comienzo de la película se percibe un tono documental que luego se convierte en drama. Además de la cámara (Michell Rivas), ayuda a esa impresión la selección de los personajes que dan vida al pueblo. Para el rodaje se trabajó con un casting mixto y todo el equipo estuvo inmerso durante un buen tiempo en El Yagual, pueblo que sirvió de escenario para el hecho dramático. Tuvieron que integrarse con los lugareños hasta el punto en que no fueran vistos como turistas o extraños. De ese intercambio se nutrieron las actuaciones para lograr la naturalidad deseada.
Esta búsqueda de actuaciones más reales pareciera ser una tendencia en las últimas películas venezolanas. La Familia, La Soledad, Desde Allá de Lorenzo Vigas o El Di Caprio de Corozopando de Luis Rahamut juegan con el casting mixto e incluso utilizan como personajes principales a personas que no han tenido experiencia previa en la actuación. Esta herramienta permite una mejor integración con el entorno y le da al cineasta más elementos para dirigir al elenco.
El individuo reúne al colectivo
El Amparo se centra en los personajes. En un primer momento son los pescadores los que se muestran como un todo, ninguno destaca sobre el otro. Cada uno aporta a la dinámica del pueblo y la construye. Luego, Pinilla y Chumba se convierten en voceros. En aquella voz que busca reivindicar a sus compañeros caídos, sin heroísmos, desde la convicción de lo que son: unos pescadores o unos “pobres güevones”, como llega a vociferar Chumba ante un diputado.
Giovanny García y Vicente Quintero son los que interpretan a José Arias y a Wolmer Pinilla (Chumba). En ambos es destacable la expresividad al verse tras las rejas por un acto que no cometieron y, más aún, al saberse sobrevivientes de una masacre a gente inocente. García, también protagonista de La Familia, explica a El Universal que el personaje que interpreta se va haciendo fuerte a medida que pasa la película. Se menciona que Chumba formó parte del servicio militar por lo que entiende un poco cómo funciona la justicia y de ahí parte la convicción de que debe mantenerse fiel a la verdad.
A estas actuaciones se suma la de Vicente Peña, galardonado como actor de reparto por interpretar a Mendieta, y la de las actrices Samantha Castillo, Rossana Hernández, Aura Castillo y Tatiana Mabo.
Ambientación y esencia
La música de Andrés Levell ayuda a recrear la ambientación necesaria, refuerza el hecho dramático y no peca por exceso. La mezcla de sonido resulta impecable, todo se entiende a la perfección y sumerge al espectador en un ambiente de continua expectación. Expectación que no necesita de escenas violentas; en ningún momento se muestran muertos, balas o sangre. La trama se centra en la moralidad de los personajes y su lucha contra el poder.
De esta manera El Amparo refleja cómo cada quien, desde sus espacios, busca defender sus intereses. No cae en sectarismos ni en la denuncia directa de los que perpetraron los hechos. Va más allá de lo anecdótico y muestra la esencia de quienes buscan que la verdad salga a la luz. Lucha para que el olvido no se apropie de nuestra memoria y para que el hombre se mantenga alerta en su lucha contra el poder. Así como reza aquella frase de Milán Kundera superpuesta sobre negro al final.