“El Banquete” de Platón llega acompasado por el contrabajo
Claudio Hernández fusiona varias expresiones artísticas para traer al espectador una visión del amor

“El amor es el deseo de encontrar esa mitad que nos falta”
Aristófanes
El sublime y particular sonido del contrabajo se ensambla a las teorías de Platón en La Filosofía y el Contrabajo, un evento sin precedentes. La curiosidad y el gusto de Claudio Hernández por el arte en sus diversas ramas, lo han llevado a reunir a a un grupo de personas con el fin de darle vida a un fragmento de El Banquete, obra del filósofo griego Platón que data del 380 a. C. Él, músico venezolano perteneciente a El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela y primer contrabajo de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, busca fusionar los diversos saberes para crear una obra excepcional.
La puesta en escena se llevará a cabo el viernes 27 de enero, a las 3:00 pm en la Sala Fedora Alemán en el Centro Nacional de Acción Social por la Música, en Quebrada Honda, tiene como elemento central el amor.
De hecho El Banquete reúne a varios filósofos que debaten sobre este tópico. Para Platón, el amor es lo que nos motiva a descubrir y contemplar la belleza, para Fedro, “sólo los amantes saben morir el uno por el otro”, para Pausanias, “El amor es bello si es honesto” y para Erixímaco, “cuando el amor se consagra al bien y se ajusta a la templanza y a la justicia, nos procura una felicidad perfecta”…
La Filosofía y el Contrabajo recreará el Discurso de Aristófanes. La actriz Luisa Maymo y el director de orquestas Dietrich Paredes serán los narradores de esta historia en la que el filósofo relata la concepción que se tenía antiguamente de la existencia de tres géneros: el masculino, descendiente del sol; el femenino, descendiente de la tierra y el andrógino, descendiente de la luna y que participaba en ambos. Todos eran muy poderosos y pretendían alcanzar el cielo, por ende, Zeus los dividió en dos mitades y los condenó a anhelar la unión con su mitad perdida, de allí que algunos amen a las mujeres, y otros a los hombres.
Fusión de artes

“Todo empieza con la idea de hacer coincidir todas las expresiones artísticas en un mismo escenario, pero de una manera que en lo personal aún no he visto: a través de la música para contrabajo. La idea es hacer montajes con obras para este instrumento y fusionarlas a las artes plásticas, escénicas, la literatura y la filosofía. Esto lleva un trabajo de investigación gigante para hacer que funcione y sea atractivo al público”, explicó Claudio Hernández a Esfera Cultural.
El proyecto está naciendo, pero ya tuvo una primera muestra el pasado noviembre, en donde se combinaron poemas de Mario Benedetti, Andrés Eloy Blanco e Isabel Ortega con la participación de Luisa Maymo y los jóvenes contrabajistas Erika Perera, José Velasco y Fernando Caicedo.
“Es una forma de aportar nuevas ideas a jóvenes contrabajistas y artistas que lleven ese concepto de dar a través del arte como filosofía de vida. Con la presentación pasada pude percibir que el público salía de la sala como si una ráfaga de aire fresco les hubiese tocado la cara, como con una conciencia mucho más despierta y me atrevo a decir que con un toque de amor en su ser tan especial para la vida misma, dada por medio de algo tan maravilloso como el arte”, reveló Hernández.
Un instrumento poco conocido

Con un cuerpo de madera que mide casi dos metros, cuatro largas cuerdas y un mástil imponente, el contrabajo es el segundo más grave de los instrumentos de cuerda. Sus orígenes se remontan al siglo XVI, y hoy en día es muy común verlo en orquestas sinfónicas y en grupos de jazz, género musical que le ha dado un gran protagonismo.
Con la intención de ofrecer un punto de vista diferente sobre el contrabajo clásico en Venezuela y de hacer de él mucho más que un instrumento acompañante, Hernández incorpora al instrumento que lo ha acompañado durante 17 años sobre el escenario, acompañado de otras cuatro talentosas mujeres: Ariana Oroño y Kerelim Sofía en el violín, Nathaly Al Gindi en el contrabajo, y la joven pianista María Daniela Ruque, de la Escuela de Música Mozarteum Caracas.
Las piezas que interpretarán serán Gran dúo concertante para violín y contrabajo y Grande Allegro di Concerto “Alla Mendelssohn”, del compositor italiano Giovanni Bottesini, Sinfonía Concertante para viola y contrabajo del vienés D. Von Dittersdorf, y la pieza Kadenza para contrabajo solo del finlandés Teppo Hauta-aho.
Estas obras fueron concebidas especialmente para resaltar la belleza y personalidad del instrumento principal. Su potente y armónico sonido le dan un potencial particular, digno de descubrir, que tanto solo como acompañado por otros instrumentos, ofrece una experiencia sensorial distinta para el oyente.