Casas Muertas o el reflejo de un pueblo deprimido
Casas Muertas es una novela de Miguel Otero Silva escrita en 1955. La adaptación para teatro realizada por Jan Vidal que tuvo su estreno el 23 de enero en el Centro Cultural Chacao, es una historia vigente.

La realidad descrita en el texto original de Casas Muertas, un clásico de la literatura venezolana, habla de un pueblo devastado por la situación económica, las graves enfermedades que sufren sus habitantes y ésto junto a la falta de progreso evidente, hace que el transcurso de la vida en el pueblo de Ortiz,en el Estado Guárico, sea una referencia a la conjugación de verbos en pretérito, es decir, de lo que alguna vez fue pero ya no es.
“Y luego, cuando comprendió que había llegado sola y sobresaliente a un quinto grado que nunca existiría, se echó a llorar.” Fragmento del texto literario.
La obra de teatro es una adaptación fiel de la segunda novela de Miguel Otero Silva, que habla desde las anécdotas de amor de Carmen Rosa y Marta, el diálogo excéntrico del padre Pernía con el señor Cartaya, la pelea de gallos de Sebastián y el Coronel Cubillos, los estudiantes presos, las torturas realizas a Sebastián y Feliciano por su deseo de cambiar las cosas. Jan Vidal da forma a un montaje que sumerge al espectador en ese momento de la dictadura de Gómez.
La producción de Evelyn Navas y la dirección de Javier Vidal ofrecen la representación fidedigna una narración de contenido histórico, social y político que perdura en el tiempo y entonces, le dan vida, vigencia y coherencia a un guion que es el mismo desde hace más de 60 años, dictadura, enfermedades y precariedad.
Las actuaciones están protagonizadas por Jessica Arminio como Marta, Sergio Malpica como Juan de Dios, Marielena González como la señorita Berenice, Wilfredo Cisneros como el padre Pernía, Theylor Plaza como Sebastián, Vito Leonardo como el Coronel, Claudia Rojas como Carmen Rosa y cuenta con las actuaciones de Caridad Canelón como Carmelita, Javier Vidal como el señor Cartaya y Jan Vidal como Feliciano.
El texto de la obra original llevado a las tablas estremece al público con frases y fragmentos que son el reflejo de la realidad. “Los que mandan son cuatro, veinte, cien, diez mil. Pero los otros, los que soportamos los planazos y bajamos la cabeza, somos tres millones. Yo sí creo que se puede hacer algo. Yo no soy un iluso, ni un poeta de pueblo, sino un llanero que se gana la vida con sus manos, que ha criado becerros, que ha domado caballos. Y sé que se puede hacer algo.”

En la entrevista que tuvimos con Caridad Canelón, ella explica su punto de vista sobre el significado actual que transmite la obra, desde el personaje que protagoniza en la misma.
–¿Cómo actúa su personaje en el contexto en el cual le toca de vivir, y cuál es el mensaje que transmite?
— Mi personaje es Carmelita,la madre de Carmen Rosa y de Marta. Carmen Rosa es la protagonista de la obra que hace Claudia Rojas y Marta es Jessica Arminio, señala Caridad Canelón y continúa: “ Es la madre que apoya a sus hijas para que salgan adelante. Es una mujer trabajadora, emprendedora, una mujer sencilla pero que no se aminora ante las adversidades ni los problemas económicos que enfrenta su tienda que se llama “La Escuela de Plata” con la cual, más o menos se mantienen.
–Carmelita- narra la Primera Actriz- en un momento determinado sufre mucho no solo por el dolor de las hijas sino también por las parejas de las hijas. Al esposo de una de ellas se lo llevan preso y el otro muere. Entonces esta madre sufre por sus yernos de los cuales desconoce el paradero y les sucede lo mismo a una cantidad de mujeres que llegan a su tienda para saber si sus esposos o sus hermanos están aún vivos, muertos o detenidos.
— Esta obra como todos saben es Casas Muertas de Miguel Otero Silva escrita en 1955 y es la historia de un pueblo que se llama Ortiz que se desvanece y desaparece prácticamente a causa de las enfermedad del paludismos y que en la obra llaman con su antiguo nombre, la hematuria, causada por abundante plaga y la situación económica precaria que se vivía en el país en la dictadura de Gómez. En la obra se tocan todos esos puntos.
-¿Qué dice la obra?
— El teatro es un espejo para vernos, leernos, y puede que allí encontremos algo que resuene con lo que yo opino,pienso y siento. De pronto, puede ser la esperanza compartida por todos quienes quisiéramos que haya una transformación, un cambio. Al vernos en el espejo tal vez nos preguntemos ¿qué estoy haciendo yo para que las cosas cambien? Y ¿cuál es mi cuota de responsabilidad?. Si ésto no me gusta y no me hace feliz: ¿Qué hago para cambiarlo?
— El cambio empieza por nosotros mismos en nuestro pequeño mundo que es nuestra casa y luego eso va creciendo y se extiende por edificios, urbanizaciones y esa es la única manera de que haya un cambio. Necesito saber y cuestionarme para que se produzca un cambio. Esto en general ocurre con el teatro porque todas las obras son un reflejo de la realidad.

Jan Vidal, actor y versionista de “Casas Muertas” acotó lo siguiente:
— Soy Feliciano, el Poeta del Pueblo y es una obra que nos hace reflexionar sobre el país y lo que está pasando actualmente aquí. Es un montaje entretenido que hace reflexionar, tiene sus momentos de diversión y drama, Un puesta en escena que todos van a disfrutar.
Por su parte el director Javier Vidal, explica su concepto del montaje a continuación:
— Casas Muertas es una novela de Miguel Otero Silva escrita en tiempo de Marcos Pérez Jiménez y es un relato que nos lleva al año 1928 en tiempos de la dictadura Gomecista. Mi maestro Hugo Ulive me enseñó a hacer el montaje brechtiano, una forma en la que puedes abordar saltos temporales incluyendo textos reflexivos.Cuando trabajé con Jan respetamos los capítulos y la estructura de la obra que es evidentemente una historia cíclica.
“De la misma forma , crónico en Venezuela , es el mensaje transmitido por el personaje de Carmen Rosa interpretado por Claudia Rojas. Ella es una mujer joven, luchadora que nunca pierde la esperanza y quiere cambiar su destino. Se trata de una radiografía exacta de la realidad de una mujer actual de nuestro país”.añade Javier Vidal

-¿Cómo es tu personaje?- le pregunta dirigida a Claudia Rojas
— Yo interpreto a Carmen Rosa, una niña que va creciendo en un pueblo devastado pero que nunca pierde las esperanzas sobre un futuro mejor. Es emprendedora y con liderazgo. Sufre mucho cuando muere Sebastián pero este episodio le da la fortaleza para levantar su mirada e irse de un pueblo devastado.
El fragmento del texto de la obra habla por sí solo cuando el señor Cartaya entabla el diálogo con Carmen Rosa diciéndole: “Vete, hija, a los campos petroleros, a la selva, a la Sierra Nevada de Mérida, a la séptima paila del infierno, pero no te quedes aquí de sepulturera que ese no es oficio para ti. No importa que en ese lugar donde tú quieres irte los hombres digan malas palabras, que delante de ti no las dirán. Ni que haya mujeres perdidas, que dejarán de serlo cuando tú las estés mirando.” Por lo tanto, los diferentes matices en el personaje de Carmen Rosa involucran temáticas actuales.
La obra estará presentándose en el Centro Cultural Chacao desde el 23 de enero y se extenderá únicamente por 7 funciones más los días 24, 25, 26, 30 y 31 de enero y 1 y 2 de febrero, las entradas pueden adquirirse en www.ticketmundo.com
