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Cine para 2: Casas que se derrumban

Dos producciones de alto nivel inspiran a Joaquin Ortega para su nueva columna. Se trata de "Aftermath" y "The Beguilded", que ya ha recibido elogios de la critica en todo el mundo.

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Los hogares son sitios en donde las personas que se aman se dan apoyo y atención, más allá de la compatibilidad y el entendimiento inmediato. El alimento de las personas que viven en familia, no solo entra por la boca, sino por los sentidos, por los gestos, por las palabras y las miradas. En esta entrega de Cine para 2, repasamos la importancia que tiene para la vida, el que esos techos que nos cobijan, reciban o despidan a las personas que nos obligan a replantearnos quiénes somos con ellos… o sin ellos. Gracias a la mirada, esta vez pausada, del ecléctico Eliott Lester y a la sensual originalidad de Sofia Coppola, el cine actual cuenta con dos posibilidades para revisar qué significa vivir con alguien más.

Aftermath (Una historia de venganza) –Eliott Lester, 2016

Una película basada en un hecho real resulta siempre un reto más allá del arte. Decir que algo ha sido cierto o no, pudiera agregarle valor al producto, solo si éste es verosímil y mueve las emociones. En Aftermath (Una historia de venganza) del inglés Eliott Lester se combinan distintos grados de conexión humana entre los personajes, ofreciéndonos  voces diferentes y coherencia argumental. En ella, se construye un verdadero estado de indefensión. Sabemos desde el principio que la tragedia es inminente, que nadie queda a salvo, que cualquier mundo o andamiaje se derrumba y pareciera no haber más culpables que las imprecisiones humanas dentro de un marco de procedimientos tan mecánicos como indolentes.

La historia es la de un accidente de aviación en el que todos perecen. A partir de allí psicólogos, empresa y abogados tratan de dar, bajo sus propias visiones profesionales -y por lo tanto limitadas-, algún tipo de respuesta a los que continúan con una vida cercenada por la fatalidad.

El día a día nos muestra los ritmos y depresiones de los dos personajes centrales: Arnold Schwarzenegger en el papel de Roman Melnik –inspirado en el ruso Vitaly Kaloyev- quien se convertirá, tras los hechos, en un incansable buscador de la última justicia. Por otro lado, el responsable de la torre de control Scoot McNairy –Jakob Bonanos- sufre de una depresión profunda, amén de la ruptura de su propia seguridad familiar.

Con una estética visual en la que los tonos de azules y grises -junto a un sonido casi naturalista- profundizan el abatimiento -y lo interminable que se hacen los días con penas a cuestas- éste film no solamente permite acercarnos a la pérdida y a la culpa, sino a lo breve y tangible que puede ser enfrentar la vida cotidiana, con o sin dolores en el alma. Puntuación: 5 estrellas sobre 5

 The Beguilded (La seducción)-Sofia Coppola, 2017

El remake de una película de culto como The Beguilded del año 1971, dirigida por Don Siegel y protagonizada por Clint Eastwood, es sin duda, para cualquier cineasta, una tarea como mínimo cuesta arriba. Solamente en manos de alguien con la sensibilidad artística, el espíritu creativo y los recursos atmosféricos de Sofia Coppola pudieron hacer, de éste trabajo una obra autosuficiente y meritoria, por sí misma. No en vano, la cineasta acaba de pasar a la historia al ser la segunda mujer que recibe el premio al Mejor Director en el Festival de Cannes.

La historia es simple: en medio de la guerra civil norteamericana una institución educativa, solo para señoritas, trata de mantenerse dentro de la normalidad. En una acción samaritana, llevan a su resguardo a un soldado herido, lo que genera que la dinámica interna de la escuela se transforme en una vorágine de pasiones, celos, complicidades y autodescubrimientos eróticos.


Collin Farrel, el convaleciente, se convierte en el objeto de cuidado y del deseo de las principales aristas de las acciones: Nicole Kidman, Kirsten Dunst y Elle Fanning quienes interpretan a Martha Farnsworth, Edwina Dabney y Alice, respectivamente. Tres mujeres con distintas edades y percepciones de su intimidad y de las relaciones con esta especie de “hombre aparición” que combina promesas, prohibiciones, despertares y pecados.

Cada plano, cada secuencia… cada combinatoria de palabra, música incidental y cruce de voces entre los intérpretes, permiten recrearnos sobre las trampas de la posesividad, de la amistad, del compromiso ético y sobre todo,  del efecto real que pueden tener las tentaciones, una vez toquen a la puerta de espacios lindantes con el mundo exterior. Puntuación: 5 estrellas sobre 5