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Cine para 2: De la risa coreana al horror británico

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La naturalidad con la que el cine nos eleva o nos entierra las emociones puede llevarnos a olvidar que su razón de ser es, en parte, sacarnos de la cotidianidad. Son muchas las versiones hollywoodenses que tomamos para evadir el día a día, pero en pocas oportunidades nos acercamos a fábulas audiovisuales con el espíritu de otras latitudes. Asiáticos y británicos tienen mucho en común, más allá del consumo del té y el espíritu comercial, ambos pueblos tienen siempre un pie puesto en el futuro, sin que esto implique dejar de lado sus tradiciones culturales. Hoy, en Cine para 2 vamos a echar un vistazo al cine inglés de terror más reciente y al cine coreano más familiar.

¿Cómo robar un perro? (Kim Sung-ho, 2014)

Los entuertos familiares son la excusa perfecta para iniciar tramas que nos mantengan con los ojos sobre la pantalla. En este film surcoreano, una familia dividida por problemas económicos -pero solidaria y amantísima entre sí- se contrasta con otra rica, pero, con poco amor compartido. La historia inicia con un plan perfecto en el que está previsto obtener dinero fácilmente. Una niña, decide secuestrar al perro Jack Russel Terrier de una vecina rica pero, como era de esperarse, no todo ocurre como ella y sus amiguitos secuaces lo desean. Una serie de secuencias divertidas acompañan a un guión que es mitad infantil y mitad adulto. La película cuenta con múltiples diálogos ingeniosos, apalancados en la expresividad de unos intérpretes que se presentan al principio exageradamente caricaturescos, pero luego muestran sus capas emocionales frente a los disparatados accidentes. Con una propuesta coral construida con la base de niños llenos de buenas intenciones, adultos incomunicados, padres abatidos por vaivenes económicos, ricos cascarrabias e indigentes de buen corazón, esta historia comienza muy bien y termina mejor.

Al ser una versión libre del libro homónimo de la escritora norteamericana de novelas para niños Barbara O´Connor, inspirará a quienes leyeron la historia a comparar personajes y motivaciones. También llamará a llegar a otros textos de su autoría que son tanto rituales de paso, como ejercicios de imaginación y lugares de ocurrencia para los dilemas éticos.

Cómo robar un perro es una película que parodia de la mejor manera cintas de robo, con equivocaciones en restaurantes, torpes enamorados, malvados ineptos, mascotas traviesas y mendigos bonachones. La estética visual combina lo mejor de los exteriores urbanos con una postproducción al estilo de la televisión de concursos: digna de mencionar por su precisión y limpieza. El film también obtuvo el primer premio en el décimo Festival de Cine Internacional de Niños en la India, llevándose el Golden Elephant en la categoría de mejor film asiático en 2015. Protagonizan Kim Hye-Ja, como la dueña del perrito; Wolly Lee Ree, como la tierna cabecilla de la banda; Choi Min-Soo, como el vagabundo y Kang Hae-Jung, como la madre.  Puntuación 5 sobre 5.

Don´t Knock Twice (Caradog W. James, 2016)

El aliento y los ambientes de las historias de terror británicas han marcado generaciones enteras de creadores visuales a lo largo de las décadas. Enfocados casi siempre en la historia, más que en excesos de efectos especiales o montajes grandilocuentes, logran proponer un cine que atrapa y que convence.

Don´t Knock Twice no es la excepción en ésta nueva ola sobrenatural que parece venir con fuerza desde el cine y la TV de la pérfida Albión. La historia nos sumerge en una hilera de eventos extraños, sin dejar de lado la difícil relación de una madre artista que se reencuentra con su hija, y así, tratar de reconstruir un puente más franco entre ambas. La trama es sencilla: al despertar las fuerzas que habitan una supuesta casa embrujada, los males que allí ocurrieron tratan de alterar para siempre la vida de la joven y su familia.  Al parecer, quien los atormenta es la popular Baba Yaga, una figura del imaginario eslavo -mitad bruja, mitad espíritu del bosque- y cuyo nombre pudiera traducirse como la “vieja Yaga”.  Las acciones que se presentan hacia un solo fin, giran hacia cierta ambigüedad, haciendo que tanto las alucinaciones y las pesadillas -como las apariciones reales de la entidad espiritual- no dejen tener nunca clara a la audiencia de quién -o quienes- están detrás de los eventos terroríficos.

Sospechas, asesinatos, tramas policiales alternas y portales dimensionales -que se agrietan y cierran sin aparente control- son parte de una historia que por estar contada en clave de conexiones intemporales, seguramente traiga una segunda o varias partes, después de esta cinta. Protagonizan Katte Sakhoff y Lucy Boyton, como madre e hija respectivamente; Nick Moran, como el detective y Javier Botet como la pavorosa bruja que a muchos les robará la tranquilidad por un rato. Puntuación 4 sobre 5