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Cortos venezolanos le dan la vuelta al mundo

"Hijo por hijo", "El astronauta" y "Spark" participarán en festivales internacionales. Venezuela en Corto estrena "Musawat" y "Sabana"

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El mundo del cortometraje le ofrece al espectador, en pocos minutos, una narrativa diferente con un lenguaje propio que lo hace único. Durante este mes, varias obras venezolanas se estrenaron en festivales internacionales o comenzaron su difusión en sala a través del programa Venezuela en Corto. Esfera Cultural conversó con los realizadores Juan Avella (Hijo por hijo) y Manuel Trotta (El astronauta) sobre sus óperas primas y los planes que tienen para su difusión. Así mismo se destaca la labor de la cineasta Ileana Simancas, cuya producción Spark ha recibido el reconocimiento internacional.

En el corto de Avella las calles de la Caracas indómita se revelan al público a través de un automóvil y muestran una de las caras de la violencia: el secuestro. A primeras luces podría parecer un tema harto tratado, sin embargo en Hijo por hijo es el victimario quien cuenta su historia y quien, ante un giro del destino, se convierte en víctima de su propio juego.

Durante 11 minutos el director busca contar otro punto de vista dentro de un acto que se ha normalizado en la sociedad venezolana. “La idea es humanizar al secuestrador sin glorificarlo”, explica. En los tres días de rodaje se encontraron con escenas reales que estaban muy vinculadas al tema de la película y que, de cierta manera, ratificaban la decisión de haber escogido trabajar con esa historia.

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Escena de “Hijo por hijo” Foto: Juan Avella

En varias ocasiones los transeúntes se asustaban con los actores y corrían, pero la mayoría solo agarraba fuerte sus pertenencias y apretaba el paso sin mayor sobresalto. En otra oportunidad, como si de un espejismo se tratase, el equipo se enfrentó cara a cara con un grupo de delincuentes. “Tuvimos la fortuna que justo en ese momento el actor debía salir del carro con un arma. Nuestra vestuarista, Daniela Hinestroza, había hecho un buen trabajo de investigación, así que todo era bastante convincente. Los tipos que se nos acercaron en un carro, al ver la escena, se alejaron”, comenta Avella.

La postproducción se hizo en Los Ángeles. Una de las reacciones más comunes ante la obra en el exterior es la sorpresa de que algo así se haya vuelto cotidiano. Durante el Festival de Cine Internacional de Guadalajara 2017, espacio en el que se estrenó Hijo por hijo, la reacción ha sido positiva. “La gente ríe donde tiene que reír, llora donde tiene que llorar o se asusta cuando toca. Los mexicanos al terminar me dicen ‘¡Guao, no manches!’ cuando ven el twist”, relata el director entre risas.

A pesar de eso, la recepción en Venezuela ha sido la mejor. Durante cinco semanas se proyectó en 170 salas de 18 estados del país bajo el programa Venezuela en Corto. “Las críticas fueron buenas, miles de personas nos comentaron. Aquí en Guadalajara tuvimos tres presentaciones a las que asistieron alrededor de 200 personas”, afirma Sharon Waich B., productora del corto.

La obra ya fue aceptada en 13 festivales, entre los que destacan el Florida Film Festival (calificativo a Los Oscar), el Festival Internacional de Cuenca en Ecuador, el Urban Nomad en Taiwán y 19 Rencontres du Cinéma Sud-Américain de Marseille. En Venezuela han inscrito la obra en diversos festivales pero ha sido rechazada en varias ocasiones porque consideran que es una temática que no deja bien parado al país.

Un viaje hacia el interior

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Por su parte, Manuel Trotta muestra en su cortometraje El astronauta la historia de un padre y su hijo que se reencuentran después de haber estado años separados, uno en su pueblo y el otro en la ciudad. Personajes dicotómicos que son reflejo del desarraigo, el encuentro/desencuentro del ser humano y la conexión.

El hijo es metáfora de una ciudad cosmopolita, inmersa en la tecnología y los encuentros breves; realidad que nos envuelve cada vez más. Por el contrario, el padre está arraigado a su pueblo, donde el tiempo va sin prisa y las relaciones se construyen de otra manera. Además, la demencia senil lo lleva hacia un mundo fantástico alejado del real. El viaje de la ciudad al campo, que el primero realiza para cuidar a su padre, es la excusa para abordar esta historia de 25 minutos que busca una conexión más profunda ante el reencuentro.

Este cortometraje es catalogado como cine de autor y es una producción independiente. En palabras de Trotta, director del corto, “es muy difícil comenzar un trabajo por cuenta propia. En un principio nuestro proyecto quedó seleccionado por el Centro Nacional de Cinematografía (Cenac), pero al final no pudimos contar con ellos debido a las condiciones que nos exigían. Terminamos en un co-producción entre México, Estados Unidos y Venezuela. Para montar una película hace falta gente que crea en ella”, explica.

Harán una gira en festivales internacionales antes del estreno. Aunque todavía no tienen claro en cuáles participarán, piensan llegar a países como Estados Unidos, Polonia, Italia, Francia y México. Este miércoles 22 comenzará la gira de medios aquí en Venezuela para dar a conocer el film. Una vez cumplidos estos dos pasos, Trotta piensa que plataformas digitales como Vimeo o Youtube servirán para difundir el cortometraje.

Ficción, documental y animación

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Fotograma de “Musawat” Foto: Venezuela en Corto

Otra obra que le ha dado la vuelta al mundo es Spark de Ileanna Simancas. Corto de ficción, basado en hechos reales, que relata el levantamiento contra el gobierno venezolano en 2014 por parte de grupos estudiantiles y las agresiones que se derivan del enfrentamiento. Fue nominado a un premio de la academia inglesa (BAFTA) y resultó ganador de un Director Guild de América (DGA). Participó en el Miami Film Festival y, al igual que Hijo por hijo,  en el Festival de Cine Internacional de Guadalajara 2017.

Por otra parte, Venezuela en Corto estrena dos cortometrajes auspiciados por el CNAC, Musawat  de Darwin Dikó Cañas y Sabana de María Virginia Rosales y Vincenzo Imbimbo, los cuales permanecerán en cartelera durante cuatro semanas en 19 estados del país y serán proyectados antes del largometraje seleccionado.

El primero es un documental cuyo título significa igualdad en árabe. Fue grabado en la República Árabe Saharaui Democrática a través de la Asociación Venezolana de Solidaridad con el Sahara, en una escuela para niños con discapacidad. Busca mostrar la nobleza y resistencia de sus habitantes a pesar de las condiciones precarias en las que vive esta población hace ya 40 años.

El segundo es el trabajo final de grado de los animadores y diseñadores Rosales e Imbimbo, que narra de forma poética un pasaje del tema Sabana, inmortalizado por el músico venezolano, Simón Díaz. En la página web del programa los realizadores pueden inscribir su obra de forma gratuita y encontrar mayor información.