“Cuentos de guerra para dormir en paz”: cuatro historias de cruda esperanza
Bajo la dirección de Nicolás Barreto y Jesús Navas, un grupo de estudiantes de la UCAB estarán presentando todos los sábados y domingos en el Celarg “Cuentos de guerra para dormir en paz” de Karín Valecillos.

Cuentos de guerra para dormir en paz es una compleja y conmovedora obra que obtuvo su Mención Honorífica en Dramaturgia Premio Municipal de Teatro 2008. Esta temporada durará hasta el 30 de septiembre con funciones todos los fines de semana en la Sala experimental del Celarg a las 4pm. Bajo la dirección general de Nicolás Barreto y Jesús Navas, en alianza con Teatro UCAB, el elenco está conformado por un grupo de estudiantes de Comunicación Social de esta casa de estudios. Clara de Lima, María Corina Díaz, Raoul Gutiérrez, Luis Miguel López, Víctor González, Migyelis Lanz, Andreína Crepsac e Ibrahim Vicuña son algunos de los integrantes. El montaje de la obra lo iniciaron en octubre de 2017 para presentarla como trabajo final en la cátedra de Producción Escénica.
Sin embargo, el talentoso grupo de jóvenes quiso ampliar su experiencia y aplicar los conocimientos adquiridos durante la cátedra en un acercamiento con el teatro profesional. Por este motivo, están realizando esta segunda temporada fuera de su universidad. A pesar de que sus conocimientos sobre el teatro, la producción teatral, la escenografía y la actuación fueron adquiridos en un breve período de tiempo de un semestre, los estudiantes lograron representar Cuentos de guerra para dormir en paz de manera sólida, elaborada y perfecta, sin errores de ninguna clase.

La obra de teatro está compuesta por cuatro historias que fungen como testimonios de aquellos que vivieron una experiencia cercana a la guerra. Cada una de éstas inicia con una pequeña muestra audiovisual cuyo objetivo es informar al espectador del contexto histórico, social y bélico en el que se desarrollará la escena. La primera historia con la que inicia el montaje es “Grita Kassandra”, está interpretada por Clara de Lima y María Corina Díaz, quienes representan a dos hermanas separadas por la guerra entre Serbia y Croacia. Ambas, divididas por un muro ubicado en la frontera, se reúnen en un encuentro clandestino para hablar sobre sus vidas, la guerra y la novela venezolana Kassandra.
Con una escenografía bien lograda y de carácter casi minimalista, las actrices logran mantener el suspenso, la intriga y la incertidumbre sobre el futuro de la familia a la que pertenecen sus personajes. Los efectos de niebla, la luz tenue que destella y los sonidos de la guerra de fondo inducen en el espectador el drama y la tensión que las dos mujeres viven. Una de ellas siempre emite palabras llenas de esperanza sobre el futuro, a pesar del contexto de censura y paranoia que las envuelve. Sin embargo, la otra se mantiene realista ante la situación generando un contraste interesante entre ambos parlamentos. Esta primera historia le deja al espectador la reflexión de que, aunque nadie decide la guerra, todos son libres de escoger su postura ante esta.

La segunda historia se titula “Un chiste de las Malvinas” interpretada por Raoul Gutiérrez y Luis Miguel López. Dos veteranos de la guerra de las Malvinas, uno de ellos sin un pie por haberlo perdido tras patear una granada, se reúnen para rememorar los días en los que el ejército argentino luchó contra los ingleses. Con momentos de humor ácido, rabia, melancolía e incluso desesperación, la escena transcurre con el constante parpadear del bombillo. Este segundo relato es uno de las más difíciles que hay en la pieza por ser narrado desde la perspectiva de los que perdieron la guerra. Tópicos como la miseria, la devastación, el suicidio y el fracaso son abordados sin filtros ni sutilezas. Ambos personajes le enseñan al público, con un sorpresivo final, que una guerra es solo un mal chiste y que en ella no hay ganadores o perdedores, solo hay víctimas.
La siguiente historia es interpretada por Víctor González y Kate Ramos quienes representan a una pareja de venezolanos en esta tercera escena llamada “El Medio Oriente es de Carúpano para allá”. La historia de este matrimonio se lleva a cabo con un toque de humor característico en la vida del venezolano; además de poseer elementos y referencias a las tradiciones que hay en el país. Ambos personajes escuchan en la radio el inicio de una guerra entre Estados Unidos y el Medio Oriente. Asustados por ser víctimas de la guerra, esta escena le muestra al público cómo se puede ser parte del conflicto bélico sin que necesariamente se esté desarrollando uno.

Finalmente, cerrando con la conmovedora historia de una pareja colombiana, la pieza teatral concluye con “Mandrake Copperfield, hijo de Houdini” interpretado por Andreína Crepsac e Ibrahim Vicuña. Ante la guerra civil colombiana, esta pareja se vio obligada a huir, cambiarse el nombre, volverse “unos fantasmas” para poder sobrevivir. Sin embargo, su situación de inmigrantes ilegales no les impide soñar con regresar algún día a su país natal. O desear tener la magia de Houdini para regresar el tiempo atrás y volver a la época en la que todavía no había comenzado la guerra.
Cuentos de guerra para dormir en paz es una conmovedora obra de teatro que representa de forma exacta y sin censura los estragos de los conflictos bélicos. Con diálogos llenos de una cruda esperanza y de un realismo casi tóxico, los personajes, muy bien interpretados por los estudiantes de la UCAB, le muestran al público los vestigios de humanidad que conservan pese a ser víctimas de la guerra.
