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Eddy Marcano: El mundo de la música es un mundo de sanación

Con motivo del lanzamiento de su más reciente disco, Tarde Tinta, el violinista ofrecerá un concierto el próximo domingo 25 de junio en los espacios del Centro Cultural BOD

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Eddy Marcano es uno de los grandes violinistas y directores venezolanos, reconocido además como uno de los principales exponentes del instrumento en todo el continente. Como instrumentista es primer violinista de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, cargo que le ha permitido alcanzar las más altas condecoraciones.

Como solista se ha presentado con las más importantes orquestas del país, recibiendo los mejores elogios. Ha participado en festivales nacionales e internacionales en prácticamente toda Latinoamérica además viajó a Alemania, España, Estados Unidos y Londres.

En esta entrevista hacemos un recorrido por su dilatada trayectoria.

—¿Cómo llega Eddy Marcano a la música y, sobre todo, al violín?

— Llego a la música por influencia de mi padre, Carmelo Marcano, quien nos inculcó a mi hermano mayor, Carmelo Marcano Jr. y a mí, la práctica del cuatro, el canto y la música margariteña porque venimos de la Isla de Margarita. Es allí donde inicia todo este tema con la música. En la escuela “Claudio Fermín” donde estudiamos primaria, operaba por las tardes una escuela de música. Yo tendría unos ocho o nueve años cuando comenzamos con Beto Valderrama, Rómulo Lasarde y Robert Inojosa, quienes nos daban prácticas de mandolina, solfeo y coro. Cercana a esta aventura de temprana edad, apareció el maestro José Antonio Abreu sembrando el Sistema de Orquestas en todo el país y entonces le tocó ir a la Isla para fundar el núcleo de Nueva Esparta. Allí fue cuando conocí al violín.

Todo el grupo de estudiantes que recibimos clases de Rómulo, Beto y Robert fuimos invitados a un encuentro en la escuela “Modesta Borges” de Porlamar  reunión donde el maestro Abreu  explicó  el proyecto de las orquestas juveniles e infantiles que se cristalizó en pocos días. Primero llegaron los instrumentos  y se entregaron ya que no se hicieron pruebas de admisión. Particularmente tenía una ilusión muy grande por ver, conocer y palpar el  instrumento que más me gusta hasta el  sol de hoy.

—¿Significa que había una admiración previa por el instrumento?

–Claro. Me gustaba el sonido que emitía y la forma del violín. Yo deseaba conocer y tocar ese instrumento porque yo tocaba la mandolina, que tenía la misma afinación y una cierta semejanza con la sonoridad del violín. Eso fue como un hechizo.

—¿Qué conserva de su natal Cabimas?

–Fíjate, yo nací en Cabimas. Mi papá  fue parte de ese grupo de orientales que migraba a occidente. Era maestro y en sus comienzos trabajó en las petroleras; mi mamá, ama de casa y peluquera, y toda su familia se trasladó de Maracaibo a Caracas siempre por el tema petrolero. Posteriormente termino siendo profesor en Margarita. Yo tendría cinco años cuando llegamos y en la Isla convivimos con toda la familia paterna. Me considero margariteño porque me crié con el cariño y el afecto de un pueblo que me hizo hijo ilustre de la Isla. Por mi parte me he ocupado  de hacer de la Isla un espacio donde se hagan cosas importantes a través del violín y de la música.

—¿Soñaba el niño Eddy que superaría 30 años de trayectoria tocando su admirado violín?

–¡Claro! Ha pasado tanto tiempo. Yo desde pequeño siempre sentí pasión por la música. Era una cosa muy particular. Mientras otros niños se la pasaban en la calle, jugando pelota, disfrutando con otros niños, yo me la pasaba en mi casa con el cuatro, sacando obras con mi hermano Carmelo, teníamos nuestro mundo particular. Cuando entré en el Sistema de Orquestas me integré totalmente al mismo y eso era llegar de la escuela, almorzar e irme para el núcleo que se convirtió en mi mundo.

—Alguna vez se sintió distinto por no hacer lo que hacían otros niños

–Yo estaba en mi mundo. No me sentía distinto.  Los sueños que pasaban por mi mente eran increíbles.Por ejemplo, papá siempre escuchó muy buena música y entonces yo distinguía los violines en esos discos; compraba los LP  de pasta de grandes violinista y soñaba que tocaba eso. Fueron momentos de mucha felicidad como niño. A papá le gustaba mucho que tocara y  La Asunción es un sitio muy musical  donde  con mi hermano teníamos una especie de agrupación musical familiar porque siempre la música estuvo vinculada a la familia. La música es una forma de vida que yo adopté desde chiquito, tan es así que en la actualidad, mis hijos me preguntan que por qué no juego fútbol, ni salgo con amigos y yo les digo que siempre pertenecí al mundo de la música.

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—¿Por qué en  Venezuela solo existe un Sistema Nacional de Orquesta y no hay instituciones con el mismo alcance y prestigio en otras  áreas, como la danza, el teatro, etc.? 

–La gran diferencia es el maestro José Antonio Abreu. Él ha sido el gran visionario de la educación y del despertar musical en la mayoría de los jóvenes y los niños de Venezuela. Como todo proyecto, comenzó siendo muy pequeño y supo darle la dimensión exacta para convertirse en una referencia mundial en el aspecto de estructura académica y sobre todo de trabajo social. El hecho cierto de llegar a jóvenes y a niños de las comunidades  más humildes, ha tenido un impacto social importantísimo. En mi opinión el secreto de El Sistema siempre ha radicado en su búsqueda constante de la preparación, la excelencia y la disciplina férrea, las claves que diferencian a El Sistema de otras organizaciones culturales. Hoy día se puede ver sólido y con gran prestigio internacional pero todo eso significó un gran esfuerzo. Ahora es una referencia en todo el mundo pero detrás de eso hay demasiadas horas de vuelo.

—¿Qué valores le aporta El Sistema a los jóvenes?

–El Sistema es una gran escuela. El niño aprende a integrarse, a desarrollar afinidades con otros niños. El muchacho empieza a tener una claridad de lo que es ser un ciudadano integral con valores éticos y morales. Obviamente la música lo eleva espiritualmente porque lo hace sensible. Además transforma socialmente al joven que allí llega desde el estrato que sea. El Sistema hace soñar y creer que ese sueño es posible.

—Después de haber compartido escenario con gente de la talla de Alfredo Naranjo, María Teresa Chacín y Simón Díaz ¿quién dejó huella en usted ?

–Con Simón Díaz hubo una afinidad  particular cuando fuimos a Chile a dar una serie de conciertos junto con el ensamble. En el primero hicimos una especie de opening y apenas apareció el maestro WAW, Simón Díaz era el beatle venezolano. La gente se volvió como loca, no paraba de aplaudir y el público coreó todos los temas durante toda la noche. Esa es una de las cosas que no voy a olvidar: la humildad de Tío Simón y el impacto que tuvo en un público que no era venezolano.

Simón Díaz
Simón Díaz Foto: Circuito X

—¿Qué siente cuando sus alumnos se refieren a usted como El maestro Eddy Marcano?

–Considero que es un título que viene con mucha responsabilidad y mucho peso. Yo agradezco que la gente me pueda llamar maestro porque demuestra un respeto y una admiración al trabajo que uno hace pero esa palabra envuelve tanta sabiduría que se convierte en una responsabilidad muy grande. Internamente yo me siento un estudiante y sé que todavía tengo mucho que aprender.

—¿Qué ha aprendido en su labor como docente?

–Muchísimo. En la docencia es donde tú amplificas el conocimiento. Cuando te conviertes en profesor te retroalimentas. Cada muchacho es un caso distinto y tienes que involucrarte con él, técnica y humanamente; hay quienes tienen facilidades y otros que no pero allí es donde radica la sabiduría del profesor. Se trata de impulsar y enamorar a aquel muchacho que no tenga la facilidad y el talento pero sí el deseo de aprender.

—¿Qué ha representado para usted la música?

–Yo he sido muy feliz con lo que hago, a pesar de las dificultades que uno pueda tener en la vida, la música es la alta medicina. Yo puedo estar contracturado pero toco el violín y la contractura desaparece. Es increíble. El mundo de la música es un mundo de sanación, la música es luz y cuando amas lo que haces eso no se puede llamar trabajo.

—¿Qué opinión le merece Simón Diaz?

–Una gloria, es un héroe del país. Es una identidad. Acordarse de él es sentir el orgullo de ser venezolano.

—¿Gustavo Dudamel?

–La prueba de la excelencia y la constancia. Un elemento de gran inspiración para los jóvenes venezolanos.

—¿Wuilly Arteaga?

–Lo conozco. Es un muchacho muy estudioso. Las veces que lo vi estudiando en la sede noté que decora su estudio y se inspira en grandes violinistas cosa que me parece muy positivo. En una país donde existe la posibilidad de expresarse, el decidió hacerlo a través de su instrumento.

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Wuily Arteaga Foto: Iván Reyes

—¿Tarde Tinta?

–Hay una población en San Cristóbal que se llama La Tinta y el compositor de este tema, Julio Méndez, es oriundo de allá y a propósito de este tema que es una bella onda nueva, cuando le estábamos buscando nombre al disco decidimos llamarlo “Tarde Tinta” que además es la canción con que abre el disco. Es un bello tema y muy dinámico.

—¿Qué significa para usted reencontrarse con el público venezolano?

–En este momento nosotros traemos “Tarde Tinta” para reencontrarnos con nuestra gente y llevar a través de la música un mensaje motivador, de unión, de paz que sirva para sanar un poco y que el público pase un momento de mucho amor a través de la música.

—¿Después de 30 años de carrera como hace para reinventarse?

–Yo trato de tener presente que siempre tengo que buscar algo, que tengo que aprender algo. Eso me permite descubrir cada día algo nuevo en mi música y en el violín que es mi instrumento y por eso es que yo después de tanto tiempo me vengo a sentir como lo había proyectado. He llegado a un punto donde me siento como en el agua pero estoy consciente que eso responde también a una constancia y el poder creativo se agranda cuando te sientes en forma.

Foto: BOD
Foto: BOD

La presentación de Tarde tinta en Caracas es el preámbulo de una gira de conciertos que tendrá Eddy Marcano en diferentes países de América y Europa, comenzando en Paraguay con un recital junto a la prestigiosa guitarrista paraguaya Lucy Bobadilla; siguiendo a Panamá para presentarse como solista con la Camerata de Cuerdas de Panamá, dirigida por el maestro Víctor Mata, y donde aprovechará de impartir clases magistrales con la marca Yamaha, de la cual es artista exclusivo. Finalmente, Marcano viajará al Festival Internacional Niederrhein Musik Festival en Alemania.

Fotos: eddymarcano.com