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Ediciones Curiara: navegar entre lecturas y libros

El recién creado sello editorial, busca resistir ante el panorama desolador de la industria del libro en Venezuela

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 En el mes de junio apareció en el mercado editorial venezolano Ediciones Curiara, un nuevo sello independiente que busca hacer llegar al lector las novedades literarias que por la ya conocida crisis económica no están disponibles en el país y que se construye bajo la filosofía: “Es un proyecto que nace en Venezuela para no olvidar que los libros son espejos y ventanas.  Que la lectura siempre es un camino”. Sus dos primeros títulos son la novela Mujeres que matan de Alberto Barrera Tyszka y el libro de memorias Hija de revolucionarios de Laurence Debray.

 

Detrás del proyecto están el escritor venezolano Alberto Barrera Tyszka, Andreína Melo y Marina Bockmeulen, estas dos últimas encargadas de la librería Sopa de Letras: “Estamos muy contentos con la receptividad, la gente lo ha recibido con gran entusiasmo. En un país donde no llegan novedades, es una maravilla recibir libros nuevos.  Quisiéramos terminar el año con la publicación de dos obras, entre ellos un libro infantil, en el que ya estamos trabajando y hemos avanzado mucho”.  Afirmó Melo, quien explicó que en parte el nombre – tomado del vocablo indígena que significa canoa – es una forma metafórica de emprender esta travesía que implica mover los libros y la lectura en un país como Venezuela.  Para Barrera Tyszka la creación de la editorial representa un acto de resistencia: “Se trata de resistir.  De tratar de poner en Venezuela libros publicados afuera, de tratar de que haya novedades, de que no nos devore la sensación de que todo se acabó, que solo nos quedan los saldos”,explicó.

 

Portada del libro

En relación a los títulos publicados hasta la fecha, Hija de revolucionarios de la escritora francesa Laurence Debray, editado en su primera edición por Anagrama, su autora ajusta cuentas con el pasado y relata el mito y la verdad de sus progenitores revolucionarios, la antropóloga venezolana Elizabeth Burgos y el filósofo francés Régis Debray, y de su propia vida.  Y así, aparecen el padre ausente, la madre que prefirió ser libre que acabar encajonada en el papel de esposa de intelectual comprometido, su infancia austera y solitaria en París, el verano que pasó en Cuba en un campamento de las juventudes comunistas dedicado a la formación de perfectos revolucionarios, su estancia en Sevilla, donde Alfonso Guerra se convirtió en un padre adoptivo, y después su paso por Venezuela, Londres y la banca de Nueva York.

 

Portada del libro 

Por su parte Mujeres que matan del escritor venezolano Alberto Barrera Tyszka, publicada por Random House en México, la historia se relata en una ciudad desolada por la violencia y el hambre, en manos de un Alto Mando, en el cuarto de un hotel aparece el cuerpo sin vida de Magaly Jiménez.  Una nota de despedida ilegible y el pulcro orden de su hogar son todas las pistas que tiene su hijo para reconstruir los días previos a la muerte de su madre.  De la mano de una periodista que investiga la tendencia al alza de los suicidios entre la población femenina, Sebastián se sumerge en la vida de la mujer que estaba siempre pendiente de él, pero de la que en realidad no sabía nada.  Ni siquiera le había mencionado aquel club de lectura al que se había unido para aplacar la soledad y el entorno hostil del país.  Cuando Sebastián logre dar con una de las integrantes del club descubrirá también un lado oscuro de lo que parecía un inocente encuentro semanal en torno a la lectura.

 

Sobre estos dos primeros libros que propone Ediciones Curiara, Melo dijo: “Creemos que le estamos ofreciendo a los lectores venezolanos dos libros diferentes pero que dialogan de manera especial con nuestra realidad.  La novela de Alberto transcurre aquí, propone personajes sitiados por la impotencia, por la locura, ante tanta impunidad.  El libro de Laurence es una mirada crítica sobre la revolución desde la intimidad de una familia.  Es una forma de evaluar los discursos grandilocuentes de la izquierda desde la experiencia personal.  Eso tiene mucho que ver con la actualidad de nuestro país”.

 

Como librera y encargada de la librería Sopa de Letras, Melo lamenta mucho la situación del sector en la actualidad: “Han cerrado muchas librerías y editoriales, se venden menos libros, no llegan novedades.  La industria no puede escapar de la crisis del país. Nosotros sentimos que hay una demanda de libros sobre actualidad e historia que puedan ayudar a entender el porqué estamos así y cómo llegamos hasta aquí”.

 

Es así que  Ediciones Curiara, busca navegar en aguas turbulentas y tratar de alguna manera que el mercado editorial venezolano siga sobreviviendo y no muera del todo.  Una buena opción para el lector local para que siga al tanto de las novedades de los autores tanto nacionales e internacionales y de alguna formar encontrar en la lectura una especie de salvación y entendimiento ante el infierno que le toca vivir día a día.