El artista no quiere estar contra la pared (Galería)

Ocho reconocidos artistas venezolanos intervinieron el Espacio Monitor de Los Galpones de los Chorros con estructuras ambientales desplegadas in situ. En tal sentido, el 18 de septiembre se inauguró la muestra Contrapared a escala museística, donde Carlos Cruz-Diez, Sigfredo Chacón, José Gabriel Fernández, Héctor Fuenmayor, Jaime Gili, Arturo Herrera, Pepe López y Lucía Pizzani, adaptaron sus murales de gran formato en paredes y pisos de la sala. Estas obras integran la exposición que permanecerá abierta al público hasta el 20 de noviembre.
Pero los organizadores de la colectiva no se quedaron allí y el domingo 6 de noviembre, en el 17 Galpón del centro cultural, justo al frente de Espacio Monitor, tuvo lugar la apertura de una muestra que le da continuidad a la anterior y se titula Paralela/Contrapared. Aquí los ocho artistas mencionados exhiben sus obras en pequeño y mediano formato y el público tiene la oportunidad de valorarlas aisladamente o en el contexto de ambas exposiciones, mientras que las personas interesadas podrán adquirirlas de acuerdo a los cánones de una galería de arte comercial.

Cuando Miguel Miguel García, curador de Espacio Monitor, refiere algunos momentos de la muestra Contrapared revela que Carlos Cruz-Diez hizo especialmente para este evento Inducción Cromática Doble Frecuencia Wallwork. La fabricó este mismo año en su taller de Panamá, mide 3 metros de altura por 16 metros de largo y fue ideada para ser obra efímera, desechable. Tan es así que se va a destruir al término de la exposición. La técnica empleada es impresión laser sobre papel – afirma.
–Para mí – opina el experto en artes plásticas – independientemente de ser venezolano, Carlos Cruz-Diez es el más grande investigador del color del siglo XX. Sin duda él llevó lo cromático a un nivel que no había sido alcanzado por ningún otro artista contemporáneo. Todo lo que inventó sobre al color y el arte óptico es realmente único y altamente significativo para el arte del siglo XX y también del siglo XXI.
A la pregunta sobre el precio en el mercado del arte de una obra de Carlos Cruz-Diez, Miguel Miguel señala que uno de sus original puede superar los 220 mil dólares.
En esta oportunidad, en Contralapared, Espacio Monitor invitó a 8 artistas de tres generaciones y a cada uno de ellos se le dio un plano de la sala, continúa el curador. Luego cada quién creó una obra ambiental de 3 metros de alto y por lo menos 8 metros de longitud. Sobre el carácter de la exposición, Miguel García señala que en el mundo actual el hombre tiende a convivir cada vez más con los espacios urbanísticos, tanto cerrados como abiertos, y por eso la adhesión de obras de arte a la arquitectura, es una tendencia que crece en los Estados Unidos y Europa.
– Héctor Fuenmayor – continúa el entrevistado – trajo a la Sala El Cristo de Velásquez que está en el Museo del Prado y de alguna manera lo puso como nos pusieron a nosotros ahorita en Venezuela, es decir, Contra la pared. José Gabriel Fernández, es un artista nuestro muy joven que vive y trabaja en Nueva York. Él viene trabajando un planteamiento estético, si se quiere hermético. Realmente son formas ovoides, ovaladas, circulares que coordinadas con triángulos y cuadrados crean situaciones de relieve. En la otra pared está el mural de Arturo Herrera , se llama Vuelve y su autor es un artista caraqueño que se formó en los Estados Unidos y actualmente vive en Berlín. Recientemente una obra de su autoría que se llama Azul fue instalada en La Tate Modern Gallery y mide 25 de longitud.
Por su parte, el director de Espacio Monitor, Luís Miguel La Corte, afirma sobre la exposición Contrapared: “Fue una muestra que organizamos cuatro personas ,Héctor Fuenmayor, Sigfredo Chacón , Miguel Miguel y yo. Se manejó el propósito de rendirle tributo a Carlos Cruz- Diez pero Héctor y Sigfredo expresaron que querían hacerle también un tributo a la exposición Atrochage que hizo a comienzo de los noventa, Roberto Obregón donde un grupo de artistas planteaban una suerte de Manifiesto Visual de lo que eran sus intereses artísticos y estéticos en ese momento. Este homenaje también reconocería esos años como la mejor época de la museografía nacional, cuando aquí en los Museos Nacionales se hacían exposiciones de gran envergadura y de alcance internacional. Cosa que hoy no sucede”.
–¿Cuáles obras de esta exposición tienen un contenido social?
–Todas lo tienen pero en algunas es más explícito- dice el director de Espacio Monitor – y entra en detalles: “Por ejemplo, la obra de Lucía Pizzani se inspiró en una técnica de los orígenes de fotografía que manejaban científicos de comienzo de siglo XIX en cuanto a su ejecución pero al tema es la escasez de productos en el país. Ella hizo un inventario de objetos de uso personal que todo el mundo le pide porque aquí no se encuentran y cada vez que viene a Venezuela tiene que traer”.
–Es evidente que el trabajo de Héctor Fuenmayor es una suerte de S.O.S….
–Héctor trabaja el tema religioso, la confrontación entre Oriente y Occidente y las diversas civilizaciones. Él está muy pendiente de lo que define como una especie de exageración del poder de la Iglesia sobre los asuntos civiles. La frase que acompaña al mural refiere a que, en su opinión, El Vaticano quiere regir asuntos que son propios de los Estados y esto lo tiene muy preocupado. Tema muy vigente en el país.

–La obra de Cruz Diez – continúa La Corte–forma parte las inducciones cromáticas más recientes del artista. Aquí no hay separaciones entre los colores sino que el ojo percibe una inducción del color en uno u otro sentido. La instalación de Pepe López, está hecha con bolsas de plástico del supermercado pegadas con calor. Con centenares de bolsas hizo una especie de tejido que representa el estado de la modernidad en Venezuela con esa apariencia precaria.
–La obra de Arturo Herrera está entre lo figurativo y lo abstracto. Sujeta más que otras, a la libre interpretación del espectador. Él trabajaba mucho a partir de imágenes que tomaba de los comics y la caricatura de mediados del siglo pasado, a fin de darle una respuesta a la angustia qué le producía definir propiamente lo abstracto y figurativo. En ocasiones el espectador puede percibir una travesura en la obra del artista- concluye el director de Espacio Monitor
Cuando abordamos al artista Héctor Fuenmayor para la entrevista de rigor, él decidió revelarnos algo sugestivo de su obra y expresó: “Inicialmente hice el diseño de un boceto digitalmente que integraba dos elementos importantes que se veían perfectamente, pero la conbinación de ambos en el mural no funcionó porque uno de los elementos tenía un carácter tan dominante que me impidió integrar el otro. Este es un paisaje teñido amarillo de cinco metros por dos diez. Descubrí que los dos son muy fuertes y no pueden convivir juntos porque se anulan mutuamente. Entonces quedó excluido un segmento del Jardín Botánico en el que he trabajado mucho tiempo y pasará a constituir una obra per se”.
–¿Es cierto que Cristo, el petróleo y la religiosidad son los ejes de su obra Contra la pared?
–¡ Qué interesante! – exclama Fuenmayor- porque yo había visto hasta ahora sólo pintura y sangre en la obra. En ningún momento había visto petróleo. ¡Qué interesante¡ Por eso no me gusta cercar mis trabajos en una narrativa personal que la hay, pero no me inclino a venderla demasiado porque siempre estoy esperando que se den otras lecturas como ésta, por ejemplo.
–Una de las características del mural – continúa el maestro- es que este escenario que quedó inicialmente era el telón de fondo del mural. Todas mis obras surgen de un ámbito espiritual porque es me dedico a estudiar la naturaleza de la religión en la cultura, un tema que considero fundamental para nosotros. Entonces en esta obra en particular el Cristianismo era un telón de fondo histórico.

–¿Por qué Cristo en la Cruz?
–No lo sé. Yo no soy cristiano pero el tema surge en mi trabajo constantemente interactuando con otros elementos. La mezcla, en este caso, venía ya con el paisaje pero quedó como única narrativa. Hay un pequeño texto como de seis epigramas yo dije más o menos lo que era la obra. Decía que el Cristianismo es como un telón de fondo de la historia occidental , prácticamente global y me parece que es una tradición, aparte de dominante en la forja de la cultura occidental, es una tradición conflictiva en guerra consigo misma, una guerra que nos involucra a todos nos guste o no. Entonces las razones por las que eso está ahí responde a una pulsión subjetiva pero también está en los noticieros de nuestros días en Venezuela.
–¿ Su propuesta finalmente es una crítica al rol que desempeña la religiosidad en la vida de la sociedad ?
–No me gustan las canciones de protesta. Yo creo que una obra de arte debe tener varias dimensiones y si tiene de alguna manera un elemento crítico mejor. Hay una complejidad simbólica presente en la obra pero al arte no le asiste bien disecarlo y ser didáctico. Esos elementos están ahí para que jueguen entre sí y den diferentes lecturas.
–Pasando a aspecto comercial de la exposición Paralela/Contrapared: ¿ Usted cree que hoy es oportuno invertir en obras de arte? y ¿ Cómo está la compra venta de arte en Venezuela?
–Desde el punto de vista de la inversión a largo plazo, el economista Maza Zabala dijo que el arte era más duro que el oro. Actualmente estamos en una crisis descomunal. El comercio del arte está trancado aún cuando me dijeron que en la reciente subasta de Fundena se vendió todo.
Cerrando con broche de oro este reportaje, conversamos con Sigfredo Chacón.

–Esta es una experiencia donde el espacio como tal es el protagonista – dice y ésta –continúa señalando a su mural, pertenece a una serie de obras que estoy realizando que se llaman Radical Paintings o Pinturas radicales porque son como muy austeras, son casi dibujos, son muy simples a diferencia de mayoría de las pinturas monumentales y grandes murales que siempre son pinturas complejas. Me interesa describir el espacio que me tocó y trabajé en esta pared sobre el friso tal como el albañil lo dejó y tracé las rayas con el tiralíneas de él mismo.
–Esta exposición- destaca Chacón – debería ser una iniciativa de un Museo Nacional pero como hasta ahora no sabemos cuál es la línea de los Museos, entonces los artistas hemos recurrido a los centros de arte privados para poder realizar nuestros proyectos.












Fotos: Gerardo Rojas y Espacio Monitor