El rock es una espiral
Félix Allueve, el estudioso por excelencia y difusor del rock, bautizó su libro Rock Vzla 1952-2019 en compañía de amigos, músicos, bandas y muchos público en el Banco del Libro de Altamira .

En el marco del bautizo de su nuevo libro, Rock Vzla 1959-2019, el promotor cultural, locutor y conocedor en profundidad de la música y particularmente del rock, Félix Allueva, concedió la siguiente entrevista a Andreína Pimentel para Esfera Cultural a objeto de compartir ideas sobre este volúmen presentado el 25 de enero, en las instalaciones del Banco del Libro, ubicado en Altamira. En el evento también se realizó una feria de vinilos, se proyectó un documental realizado por Gregorio Montiel Cupello (cronista del rock venezolano), sobre el rock en Maracaibo y tuvo lugar un concierto que fusionó distintos géneros musicales. Ernesto Blohm, autor del prólogo del libro, Bartolomé Díaz Sahagún, director de cultura de la Universidad Metropolitana, algunos músicos que han formado parte de la movida del rock en el país y de la Fundación Nuevas Bandas participaron de la presentación de Rock Vzla 1959-2019.

– En el caso del rock nacional y actual, ¿la rebeldía, ansiedad e inconformidad social, continúan permeando su contenido?
Félix Allueva afirma: “Yo creo que el rock globalmente hablando,ha mantenido una postura de resistencia y de crítica al sistema, claro, no la totalidad del rock, pero digo el rock como manifestación genérica. En el caso venezolano, desde los tiempos más remotos siempre han existido bandas que mantienen una postura, contracultural, que viene de la resistencia, de la defensa de los derechos. De una manera muy amplia, siempre ha existido una manifestación activa allí. A principios de siglo, el rock venezolano en términos generales, tuvo una tendencia hacia otras expresiones como el amor, el desamor, el disfrute, sin dejar a un lado lo crítico”.
– A lo largo de su evolución, el rock ha sumado seguidores con mensajes contundentes y eficientes, siendo una plataforma comunicacional con pertinencia social. En el caso de Venezuela, ¿cómo se ha desarrollado este fenómeno?
– A finales de los años 60, los grupos rockeros, afectados por todo lo que estaba sucediendo a nivel local e internacional, entiéndase la guerra de Vietnam, la lucha antiimperialista, el movimiento hippie;el cual siempre se enfrentó a lo establecido como una propuesta adelantada en décadas a las teorías ecologistas, nuestro rock “se montó en ese ola” y muchas agrupaciones de finales de los 60 y principios de los 70 entraron en esa línea contestataria, como El Ziggy,a través de su canción de protesta. A principios de los 70 hubo incluso situaciones de enfrentamiento con lo establecido. Por ejemplo, Henrique Lazo también “se montó en esa ola de la canción protesta “y de ahí en adelante el fenómeno no se detuvo, ya que siempre hay expresiones de resistencia cultural en nuestra sociedad.
-Finalizando los 70 aparece Paul Gillman en Valencia- continúa Allueva- quien inaugura una nueva fase del rock venezolano que expresa una fuerte presión y lucha social y a él se sumaron muchas agrupaciones. Hasta el año 1983, creo que fue un buen momento para que algunos grupos y músicos fijaran posición sobre lo político y lo social. La Misma Gente puede ser un ejemplo, después aparecieron Sentimiento Muerto, Desorden Público, y toda la onda punk, post punk, el reggae, el ska, variando su intensidad.
– Señala en su libro “Rock Vzla 1959-2019” que en los últimos años el rock venezolano se ha visto adormecido en cuanto a generar una cultura de resistencia, incluso está dejando de ser una forma de enfrentar lo establecido, de denunciar lo que está pasando, ¿qué plantea para que el rock retome esos propósitos?
– A finales de los 90 hay un “bajón” y yo diría que a partir del 2012-2013 debido a la fuerte presión social del momento, el rock vuelve como a animarse y entonces los grupos empiezan a elaborar letras contra el Estado, contra el gobierno, contra los partidos, etc. Creo que a partir del 2013 comienza una recuperación en cuanto a postura política de parte de los grupos. ¿Qué hay que hacer? No hay que hacer nada, eso tiene su ritmo natural, son idas y venidas, son momentos, y el entorno social y el político es el que va a determinar que los grupos fijen posición. Para esos años, las bandas no podían escapar a lo que estaba sucediendo y hasta las bandas más soft, lo que algunos llaman “sifri-rock”, con mucha sutileza comenzaban a protestar y a decir cosas, desde Los Mesoneros, Vinilos Versus, La Vida Boheme, Okills, todos ellos empezaron a hablar del país y de lo que estaba pasando.

– De acuerdo con la investigación que ha realizado ¿cómo resume los cinco períodos que abarca Rock Vzla 1959-2019? y ¿qué conclusiones derivan de tan amplia investigación?
– Los años 60 plantean la ingenuidad del rock venezolano, esos años fueron como “muchacho aprendiendo a caminar, dándose golpes por todos lados”. Fueron como diez años de copiar el modelo externo, porque agarraban las canciones, las repetían, le cambiaban la letra, le ponían en español y hacían todo lo que a ellos se les ocurría. Muy pocos grupos solamente al final de esa década, deciden innovar. .En estos años se desarrollan los primeros pasos de nuestro rock. En los 70, yo planteo que es el momento de la liberación del modelo anterior y de transitar todos esos caminos nuevos, como el rock pesado y la fusión del rock latino en el modo Santana, pero particularmente esa década es donde el rock venezolano se parece más a Venezuela, porque muchos músicos de muy buena formación, comienzan a hacer un rock tomando elementos venezolanos, instrumentos, melodías, ritmos, imágenes, y por supuesto en algunos casos el lenguaje también, entonces sonaba venezolano.
-Para el año 79 – explica Allueva – el heavy metal empieza a dar sus primeros pasos y ya en la década de los 80 hay dos grandes modelos:el primero es el metal(1980 – 1984), era lo que se escuchaba y en menor proporción el progresivo. Ya en la mitad de la década vine un cambio radical, con la aparición del post punk. Hablo del post punk porque fue lo que vino después del punk contribuyendo con la aparición de bandas que después se hicieron famosas como Sentimiento Muerto, Zapato 3, Desorden Público, La Misma Gente, etc. Eso sirvió de base para que en los años 90 se contara con un pequeño pero interesante movimiento de rock.
-Para mí- cierra – los 90 fue como dar un paso adelante en la recuperación de la movida. Durante esta década, hubo una recuperación, de progresiva y lenta consolidación, donde florecieron distintas tendencias de rock , plenamente desarrolladas en la siguiente década. Y en el nuevo siglo surge ello que yo llamo el VRock, una nueva etapa con músicos preparados,quienes pueden hacer uso de la tecnología y del internet. En mi opinión, si no es el mejor momento, es uno de los mejores. Desde el año 2006 hasta el 2013 es uno de los mejores períodos de producción musical en la movida rock, desde todo punto de vista.
-Gracias a la creación del Festival Nuevas Bandas existe un espacio de expresión de ideas por parte de la juventud venezolana, en materia musical. ¿Cuáles son los mensajes que prevalecen allí?
-Yo creo que en los festivales hemos tratado de que exista un equilibrio.Por ejemplo, si se inscriben cien bandas tratamos de ver cuál es el porcentaje entre la Zona Capital y el resto del país. Normalmente la tendencia se ubica entre un 70% para la región capital y de un 30% para el interior. Tratamos de que haya diversidad dentro del género, por lo menos un grupo de metal, uno de fusión, un grupo indie y de allí los muchachos desarrollan su discurso en el cual puedes encontrar protesta, amor, o incluso una propuesta política. Hemos compartido por lo menos en tres o cuatro festivales con bandas tanto de una tendencia ideológica como de otra y han podido estar juntos en la tarima sin problemas.

-Señala en su libro que actualmente hay un grupo de artistas que asumiendo una “postura rock” defienden al stablishment o status quo, estructuras a las que este género musical siempre ha enfrentado desde una perspectiva contracultural. ¿Cómo explica este fenómeno?
-Es complejo – admite el autor de Rock Vezla 1952-2019 -pero efectivamente el rock tiene su componente contracultural. Yo lo planteo en clase, lo planteo en la radio y lo planteo aquí, el rock no es solamente contracultura. El rock es una dicotomía entre cultura y mercancía. Mercancía, producto del sistema donde nos movemos que es el capitalismo, entonces, a lo mejor inicialmente el rock puede tener una tendencia de resistencia pero después se convierte en mercancía y eso ha pasado con el rockanrol, el punk, el movimiento hippie, el grunge y pronto va a pasar con el género trap. Sencillamente el sistema lo absorbe y lo convierte en mercancía, por eso el rock no solamente es contracultura, pero siempre ha sido definido como un estilo musical que debe ir en contra de lo establecido y que debe denunciar las cosas que están pasando.
-Es allí donde surgen los problemas ideológicos – y vamos a reducirlo de esta manera, dice Allueva- están los grupos de oposición en Venezuela quienes manifiestan su descontento, pero también hay grupos que apoyan al gobierno. Yo creo que todos creen fervientemente en lo que están haciendo. Por ejemplo, el Frente de Bandas Rebeldes, que ya no existe por cierto, era un colectivo de bandas con un discurso que mezclaba el marxismo y el anarquismo, y dependiendo del momento se “cuadraban” con una cosa o se cuadraban con otra, sin embargo el factor “dependencia” hacia el Estado los motivaba a tener siempre su tarima, sus equipos de sonido, y allí estaban repitiendo el modelo, estaban siendo dominados ideológicamente por una corriente. Yo creo que eso llevó a los cercanos del gobierno, que creen en un discurso de cambio a separarse progresivamente. Esto ha pasado siempre..
– ¿Cómo evalúa la producción creativa del rock nacional en la actualidad?
-Creo que es el mejor momento ,tenemos muy buenos músicos, hay una conexión entre el Sistema de Orquestas y el estímulo de la Fundación Nuevas Bandas a fin de motivar a los estudiantes en torno a la música progresiva en los colegios y a desarrollar los intercolegiales para que los jóvenes toquen y ensayen. Por ejemplo, el grupo Los Mesoneros, ganó el intercolegial Nuevas Bandas y en adelante se mantuvieron activos durante 10 años haciendo música con una buena base. Por otro lado, indudablemente la tecnología, los cambios comunicacionales, ayudaron a que estos muchachos se desarrollaran y tuvieran una visión más amplia, con más información. En relación a la parte creativa, todos estos grupos andan en una invención constante. Yo creo que esto es común a toda la música venezolana, pero particularmente en el rock, estamos viviendo su mejor momento. (lamentablemente yo lo llamo VRock en el exilio)

– Luego de haber realizado “Crónicas del rock fabricado acá” del año 2008 y ahora “Rock Vzla 1959-2019”.¿Cuál ha sido su aporte más importante en relación al estudio del fenómeno del rock nacional?
-Yo soy un promotor cultural, pero en los años 80 me di cuenta de que la historia del rock en Venezuela no estaba debidamente documentada.Observé esa carencia y decidí investigar.Yo tenía formación universitaria y daba clases en la universidad, entonces tenía las herramientas necesarias para hacerlo y después pensé en su difusión. Dando clases de rock comenzó la historia y ya van veinte años de consolidación en la materia. Por este motivo, la Universidad Metropolitana apoya este proyecto de investigación, dando su aval académico. En la radio me di cuenta de que el programa Fabricado Acá, Rock en Ñ, y ahora La Espiral, habían salido porque yo dije: ¡Vamos a hacerlo! Creo que mi aporte ha sido la continuidad, ser terco, y mantener durante 30 años o más en este “rollo” del rock.
– Usted es un referente dentro del ámbito del rock a nivel nacional, gracias a sus proyectos e intervenciones, este género musical aún da mucho de qué hablar, pero en su opinión, ¿ cuál es el ADN del rock en Venezuela?
– El ADN del rock en Venezuela está en evolución y en el último capítulo del libro yo hablo exactamente de eso.La evolución de ciertas propuestas iniciales del rock desde 1959 hasta ahorita, interconectadas.Es como un hilo muy delgado que se pierde en el panorama del rock, pero ahí está. Si lo revisamos con microscopio con cuidado con determinadas técnicas nos podemos dar cuenta de que si hay un ADN y va desde el primer grupo que se forma en Maracaibo hasta el grupo más reciente que pueda estar tocando ahorita, como Anakena.
Allueva recuerda que en el año 1970 surge una agrupación llamada Sky White Meditation con Gustavo Corma y Victor Kasino González, uno en la guitarra y voz, otro en la batería, pero de una u otra manera ellos habían visto a grupos como Lady WC o Los Clannersy aprendiendo de ellos cosas como el sonido, el performance en tarima y la propuesta que tenían. Estos grupos en los 60 ya conocían a Los Impala, a Los Supersónicos, entonces por ahí hay una conexión y claro, cuando Kasino se une a la banda La Misma Gente o cuando Gustavo crea la banda Seguridad Nacional afecta a todo el post punk venezolano particularmente a bandas como Sentimiento Muerto, Dermis Tatú y al grupo Pan.Las generaciones actuales escuchan a La Vida Boheme, Vinilo Versus, Los Mesoneros, Americania, entonces te das cuenta de que es una espiral.

–Sus publicaciones dejan registro de la construcción de la individualidad de la juventud venezolana de acuerdo a los períodos en los que la ha estudiado, y asimismo de los rockstars venezolanos quienes sentaron las bases para dar a conocer la sonoridad criolla de este género musical, ¿qué rumbo van a tomar sus estudios del rock a futuro?
-Mi interés en este momento está en investigar el nacimiento y desarrollo de la música urbana en Venezuela, a eso me estoy dedicando justo ahora. La música urbana es muy cercana al rock, lo que pasa es que la gente radical no quiere aceptarlo. Por ejemplo, si retrocedes en la evolución del género, en el reggaetón vas a conseguir al hip hop y al reggae. Si retrocedes en el hip hop vas a conseguir a la electrónica alemana y a la música disco.En Jamaica con el reggae, vas conseguir el sonido del skay el sonido del sur de los Estados Unidos, aljazz, alrhythm&blues o soul. En el caso del rockanrol, su origen es exactamente el mismo que el de la música urbana, lo que pasa es que la música urbana está evolucionando tanto, que actualmente ya hay grupos de trash metal mezclados con reggaetón. Esto ha pasado con todos los géneros, cuando nació el rockanrol, era el “reggaetón” de la época, con una forma de baile “anticristiana” incluso, pero diez años después la gente se encontraba bailando twist o surf o meneando las caderas. Esto es lo que pasará con el reggaetón, y por eso me apasiona tanto el fenómeno hasta desde el punto de vista de resistencia rockanrolera, porque en estos momentos los que están “denunciando lo que está pasando” son los grupos de trap.
– En su programa de radio La Espiral, siempre menciona la frase “el rock es uno y múltiple”; ¿Cree posible pensar en la revisión del sectarismo musical que ha tomado fuerza en los últimos años en el país?
-Si yo creo vamos para allá, vamos hacia la integración, así como en lo político y social.En lo musical va a hacer más rápido, lo cual puede abrir la brecha entre lo político y social. En la medida en que líderes culturales se unan, se une la población, y si nosotros hacemos un concierto donde compartan un cantante de reggaetón y un cantante de rock eso va a ayudar muchísimo en todo, porque es un mensaje, es una señal. Entonces yo sí creo que vamos dirigidos a la fusión y eso va a ir eliminando progresivamente los radicalismos de tendencias musicales. De hecho yo diría que eso forma parte de mi trabajo actual y estoy empeñado en eso, creo en eso.
– Además de la radio, las publicaciones impresas, redes sociales, conferencias, como herramientas para hacer sus trabajos como investigador musical, ¿qué otras plataformas concibe para crear un espacio de participación de la juventud que no es aficionada al rock?
– Hay una labor fundamental que es el día a día en la calle y sobretodo en la universidad. Yo cada vez más, estoy involucrado con la universidad y a partir de allí me enamoré aún más de esta profesión. Actualmente le dedico mucho tiempo y la tendencia es dedicarle más. Estoy abriendo nuevos frentes de trabajo en varias universidades para dictar más clases, talleres, conferencias y sobre todo materias vinculadas, no solamente al estudio de la música sino a la producción, que creo hace falta. Incluso planeamos un diplomado, donde vamos a abordar todo esto. Yo diría que la labor docente me ayuda muchísimo desde cualquier punto de vista. Cada vez es más fuerte la presencia de la música urbana y el rock tiende a desaparecer o a desplazarse. Cuando estoy en clase puede mandar el mensaje de que no somos tan distintos y podemos convivir. Creo que las clases me permiten ir generando un foco porque de allí salen promotores, periodistas y con uno que se viene a trabajar con la Fundación Nuevas Bandas y se integra al equipo, ya ahí estamos ganando.
