Erik Del Bufalo: La situación es oprobiosa,devastadora y terrible
En opinión del filósofo la aprobación de la Constituyente sería terrible porque prolongaría el gobierno chavista por al menos dos años más

La incertidumbre y la ansiedad por saber qué pasará, cómo actuar y qué pensar sobre la difícil situación que atraviesa el país, impulsó a un grupo de unas 60 personas a asistir a una tertulia en Los Galpones de Los Chorros con Erik Del Bufalo, doctor en filosofía y uno de los analistas políticos más incisivos. Con pedagogía y esmero, el invitado respondió preguntas y dejó sobre la mesa diversas ideas, no solo para analizar lo que ocurre, sino también para aportar desde cada espacio.
La diferencia entre dictadura y tiranía, la validez e importancia de la lucha no violenta, la necesidad de la exigencia a la dirigencia política y los riesgos que se esconden tras una Constituyente u otro golpe de Estado, fueron las líneas temáticas a través de las cuales giró el conversatorio.
En un sillón en medio de la Galería 17 del Centro de Arte Los Galpones, este viernes 26 de mayo a las 4:30 de la tarde, Del Bufalo empezó por aclarar que su posición ética y política es de absoluta oposición a lo que se vive. Por tanto, dijo, todo su pensamiento se enfoca en buscar soluciones para una situación a la que califica de “oprobiosa, devastadora y terrible”.

Antes y durante la charla Del Búfalo se dio a la tarea de explicar una serie de conceptos que se que sirven para entender cuáles son los actores de la disputa, cuáles son los riesgos que llevan consigo y qué está en juego. Uno de estos conceptos, que además titula el encuentro, es el poder.
Al respecto el conferencista dijo :“Baruch Spinoza distinguía el poder en dos categorías: potestas (potestad) y potencia… esto quiere decir que estamos en una lucha de dominio entre la potestas, es decir, de los que tienen las armas y las instituciones del Estado, contra quienes luchan por conseguir la potencia, o facultad de modificar la sociedad”, luego se preguntó: “Ante la tiranía de la postestas ¿cuál puede ser la potencia de esa república, que ha de venir pero que tiene que estar en nuestro horizonte como única salvación posible a este estado abyecto de cosas?”.
“La respuesta a esta inquietud, claramente no es una sola y parte de la interpretación que se le dé”. Así lo señaló Erik Del Bufalo y además dejó claro que en su concepción ,Venezuela no sufre de una dictadura sino de una tiranía. Las diferencias son más que todo conceptuales.
“Dictadura es un concepto clásico del derecho romano, que normalmente aplican gobiernos nacionalistas de derecha para poner orden. Viene del dictado que hace un militar de alto rango para poner orden en una situación de caos. En todas las dictaduras hay una cosa común: se respeta el código penal para los ciudadanos y el orden establecido. Se trata de rendir cuentas de algún modo porque se supone que el fin es la defensa de la nación”, indicó. Los primeros ejemplos de este caso son Pérez Jiménez y Pinochet.
Tiranía, según explicó, proviene de Grecia y significa una “autocracia degenerada”. En la tiranía “el que tiene el poder hace lo que le da la gana y por lo tanto no es capaz de mantener un orden. Más bien promueve el desorden social”, añadió. Pero más allá de algo académico esta caracterización es importante porque las actuaciones de los poderos cambian. “En una dictadura como la de Franco, por ejemplo, tú nunca ibas a encontrar a unos delincuentes controlando una protesta, en cambio en una tiranía se puede usar cualquier recurso y esto hace que la lucha sea aún más peligrosa”, destacó Del Bufalo.
La ciudadanía y sus exigencias
“La fuerza de la lucha no violenta es paralizar, por mayoría abrumadora, a los violentos”, indicó y explicó que mientras más violenta es la lucha, es menos mayoritaria. Por esta razón no consideró que fuera algo “comeflor” la idea de apegarse a esta tesis sino más bien táctico. “A medida que la lucha es menos violenta hay más gente que pueda hacerla y el ejemplo es claro, casi nadie aquí está en la capacidad de una lucha violenta. Ahora ¿no violento? Todos podemos”, dijo. Con una mayoría apabullante es más fácil combatir.
El logro inmediato de esta manifestación es lograr la fractura del chavismo. “Todo este problema es para crear fisuras en el chavismo a tal nivel que lo haga inviable. Ya hay síntomas de eso, como la fiscal, los magistrados”, apuntó y comparó con hace apenas dos años cuando “ellos atacaban como una gran masa uniforme, un bloque, era hegemónico”.
Ahora, además de salir a la calle, es vital que el opositor sea cuidadoso y crítico con los dirigentes, continuó el estudioso.“No podemos ser indulgentes ni pensar que se nos hace un favor. Se entiende que la desesperación hace que uno los vea como salvadores, pero ellos (los dirigentes políticos) están allí por su propia apetencia, por su voluntad de poder”, indicó.
En su opinión no se está presionando lo suficiente al liderazgo. Si de algo está seguro el profesor es que no podemos pensar que la clase política hará las cosas por sí misma. “La clase política reacciona por demanda. Si la gente se conforma ella se va a conformar y si hay conformismo en la sociedad no hay cambio”, destacó y parte del problema es que, en su opinión, la dirigencia no está bien formada.
Pero aún cuando se logre una presión suficiente a los dirigentes y una gran masa salga a las calles a exigir un cambio político, existe un factor importantísimo como lo es la milicia. “Ellos son quienes, en última instancia mantienen a este régimen”, refirió el ponente y explicó que de hecho, uno de los temores es que el chavismo en su intento por perpetuarse sacrifique al presidente Maduro y se haga del poder de una forma más recia a través de un golpe de Estado militar.Antes de eso, sin embargo, está la Asamblea Nacional Constituyente que ya tiene un cronograma y que podría, en el caso más benévolo, alargar dos años más al gobierno actual. “Sobre esto sí tengo un poco de nervio porque podríamos alargar esta situación por mucho más tiempo y sería terrible”, concluyó Del Bufalo.