Federico vs García Lorca
Danza y actuación se transforman en un espectáculo cuyo tema central es la vida y obra del el poeta español, Federico García Lorca

Yo, Federico (Teatro Trasnocho) no se llama a engaño, tampoco lo hace su autor Jan Thomas Mora Rujano, quien viene investigando sobre la temática homosexual en la escena desde hace varios años. Y Dairo Piñeres, el director, quien ya había presentado la obra en Universidad de las Artes (Uneartes) y en la Casa Rómulo Gallegos (Celarg), asume una puesta sobria y escueta designando las cosas por su nombre. El poeta, el promotor, el dramaturgo, el bohemio, el andaluz (una condición humana en sí misma) y el ser vital desenfrenado, parecen estar de vuelta en el tiempo reencarnado por Theylor Plaza. En el fondo, y alcanzando niveles cuasi protagónicos, la guitarra de Leonardo Maldonado (autor de la música junto a Ricardo Chacín) recuerda con sus fuertes rasgueos, los orígenes, el sonido de la tierra, el llanto y la tragedia que nacen a borbotones en el mundo de Federico García Lorca.
El joven actor Theylor Plaza interpreta en exultante performance al poeta asesinado en las refriegas de la Guerra Civil Española (1936-39). Carlos Dimas, Alejandro Martínez, Gerardo Sorondo, Gioer Bolaños, Reinaldo Navas, Aisak Ovalles y Luis Vegas, figuras emergentes, representan a manera coral los personajes lorquianos que unas veces danzan y otras, las menos, actúan. Una escenografía de pocos accesorios realza la puesta que conjuga las expresiones de la danza y el teatro por lo que Yo Federico podría verse como una coreografía donde Angélica Escalona y Carlos Dimas narran una historia de fácil identificación con actores que danzan y representan y recitan en coro a la vez que forman figuras de enorme atractivo logrando puestas escultóricas sugerentes y plenas mientras Federico en monólogo va mostrando su vida, sus contradicciones, sus sueños, sus alegatos a favor de la libertad sexual.
¿Compiten el director Piñeres con Escalona-Dimas? El desarrollo del espectáculo sugiere un ensamble y un acuerdo para que el teatro no sea menoscabado por la danza presente a lo largo de la obra. Y esa parte la defiende el actor Plaza en su papel de Federico que es poeta y habla de poesía, que es dramaturgo y hace alegatos a sus propias obras, Mariana Pineda, Yerma. La Casa de Bernarda Alba, que es homosexual sin empacho y se explaya en el dolor por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías o le formula reclamos al surrealista Salvador Dalí, que es hijo y hermano y que se refugia en la protección de su hermana Concha, y que es político y enfrenta al dictador Francisco Franco asumido por un actor vestido de mujer y sólo identificado por el quepis militar, que es la voz de la luna en la tierra… El poeta-homosexual-político que profiere que es antimachista, que es un marica, que es amigo de los rojos, que no le tiene miedo a morir sino a la muerte por la incertidumbre que le produce el destino de su alma y que en forma reiterada y victoriosa se sabe fusilado, muerto y enterrado pero con el alma libre. Sobra decir que Theylor Plaza supera el papel actoral y se involucra en la coreografía como un danzarín más acompañado, reñido, perseguido por sus espectros.
Mora Rujano, quien obtuvo en 2006 el premio Mayor de las Artes del Ministerio de la Cultura, ha realizado estudios de literatura en la Universidad Pedagógica Libertador y tiene un variado catálogo de piezas teatrales como Confesiones de un payaso, De noche también se come, Consulta por expediente, algunas de corte religioso, o eso es lo que sugieren los títulos, y otras para microteatro; ha desarrollado parte de su actividad teatral en el estado Vargas y dirige proyectos en la editorial oficial el Perro y la Rana. Yo Federico se inscribe en una línea de investigación sobre el tema gay en el teatro latinoamericano, ha sido acreedora de varios premios, como el Premio Municipal 2016 y Premio Isaac Chocrón 2016, y también contó con diversas nominaciones de la Asociación venezolana de crítica teatral (Avencrit). Estará en cartelera hasta el 26 de febrero.