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Inexpertos y curiosos se atreven a abrazarse en el Encuentro Nacional de Tango

La tercera edición del festival lleva la danza y la música rioplatense a diversos rincones de Caracas

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Dos desconocidos frente a frente se disponen a bailar. Después del contacto visual -discreto al principio pero siempre curioso- se fugan las cómplices sonrisas. Todo comienza con un abrazo. Es un abrazo cálido y fraterno entre dos cuerpos que se ven por primera vez. Luego, se atan manos y espaldas y entonces, comienza el tango. Es una de las clases abiertas del Encuentro Nacional de Tango que se lleva a cabo en Caracas.

Esta semana, Caracas vive la tercera edición del festival, una idea de los bailarines Siulhy Santander y Leonel Colina, directores de la academia Gira Tango, con el apoyo de las embajadas de Argentina y Uruguay. En los cinco municipios podrán gozarse clases abiertas, conciertos, exhibiciones, milongas y dos galas con artistas nacionales e internacionales.

#ENTango2017, etiqueta que se usa en las redes sociales para ubicar el evento, reúne a músicos, bailarines y aficionados de este género suramericano que muy bien ha sabido cultivarse en las tierras venezolanas. Ciudades como Barquisimeto, Valencia y Mérida destacan con su cultura tanguera, y en esta ocasión, le toca a Caracas ser la protagonista de la ronda del 13 al 19 de noviembre.

Una primera vez

Este martes 14 de noviembre, la Biblioteca Nacional fue sede de una Clase Abierta para Principiantes.  Los jóvenes bailarines Yoneglys López y Moisés Hernández se encargaron de crear una atmósfera afable para la actividad y con cuido dirigieron a los participantes hacia la experiencia de la danza.

Además de Hernández, un joven caballero y un niño hacían la representación masculina, el resto del grupo se conformaba por mujeres que variaban entre un rol y el otro durante la clase. En el tango el caballero dirige a la dama, la cual debe disponer su ciega confianza a las apetencias de su compañero.

Participantes del Encuentro Nacional de Tango 2017 en la Biblioteca Nacional. Foto: Janina Kristek

En un ejercicio para practicar ésta confianza, el rol masculino tomaba en su brazo al rol femenino, quien cerraba sus ojos y se entregaba al paso del otro. Caminar, correr, detenerse y girar hacia diferentes direcciones con los ojos cerrados generaba una mezcla de miedo, vértigo y risas, como una montaña rusa. El vidente procuraba la seguridad de su acompañante ante el riesgo de tropezar con otros cuerpos en movimiento o estáticos. La vinculación era inmediata.

“Fue muy agradable. Soy un poco tímida y, bailar, dejarme llevar, estar tan cerca de una persona que no conozco, es un poco complicado, pero con esto se deja llevar”, expresa Indineiby Mota, quien confiesa su grado ante la actividad pues “en Libertador (municipio) no se hacen muchas cosas y me encanta cuando surgen iniciativas en este municipio”, dice.

Tangos de todos los tiempos acompañaban a los osados. Algunos ponían más atención a la música que otros, pero todos mantenían su atención en el abrazo, los cambios de peso y las llamadas aperturas (separación más o menos amplia de una pierna hacia un lado). “Amo el tango. Tengo mucho conocimiento de sus cantantes ¡Lo oigo casi todos los días!”, revela la señora Mercedes Castillo, quien afirma tener una gran sensibilidad por la música y la danza y espera “involucrarse al máximo con todas las actividades del encuentro”.

Con el cuerpo colocado en su eje, intención clara, piernas que se movían desde la columna y un fluido encuentro de movimientos, los facilitadores López y Hernández dieron al final de la actividad una pequeña demostración de tango. “Visualmente es muy atractivo y me gustaría poder aprenderlo. Lo que nos enseñaron me pareció sencillo pero cuando los veo a ellos me intimido un poco (risas), los giros que hace la chica con las piernas se ven un poco difíciles” comenta por su parte Valeska Sánchez.

Yoneglys López y Moisés Hernández. Foto: Janina Kristek

Punto de encuentro

El Encuentro Nacional de Tango es para algunos la excusa perfecta para crear vínculos, aprender, y además disfrutar de la capital venezolana. Desde Barquisimeto, Karina Martínez viaja para participar en todas las actividades del encuentro. La amante del tango comenzó en este arte como una forma efectiva de rehabilitación para sus lesiones de rodilla, e inmediatamente se vio atrapada por un mundo al que define como “pasión, entrega, compromiso y disciplina”.

“Practico con varios profesores, hay muchos espacios para bailar y aprender. Cada uno tiene un estilo diferente y todos tienen química con sus alumnos, son personas que hasta no aprendes algo no te dejan de explicar, eso fortalece mucho el conocimiento, las ganas y la disciplina”, comparte Martínez.

“El tango acerca mucho a la gente, acerca a personas totalmente desconocidas en un abrazo. Eso te enriquece mucho como persona, te hace crecer muchísimo”, agrega la tanguera, quien aplaude la iniciativa de Gira Tango, pues para ella, el encuentro permite a quienes viven fuera de Caracas “descubrir corazones en personas y en espacios”.

El caballero principiante de la clase expresa que siempre había tenido cierta inclinación hacia el tango, para él: conceptual y apasionado. “El año pasado tuve la oportunidad de ir a Buenos Aires, presencié shows de tango y qué bueno tener la oportunidad en mi ciudad ahora. Lo que más me gustó fue la libertad que tienes de moverte y expresarte”, expone Alejandro Santana.

El tango es en el sur del continente un baile social como lo son en Venezuela la salsa y el merengue. Las posturas exageradas que pueden verse en las películas no corresponden a la realidad tanguera, aunque ésta siempre permite la expresión del bailarín. “Uno cree que el tango es muy pomposo o de alcurnia, pero cuando te acercas, notas que todo el mundo te trata como un hermanito de toda la vida. Existe una gran fraternidad desde el primer momento. Te abre las puertas a querer involucrarte más y más”, atestigua Moisés Hernández.

Participantes del Encuentro Nacional de Tango 2017 en la Biblioteca Nacional. Fotografía: Janina Kristek

Riqueza cultural sin fronteras

El Encuentro Nacional de Tango continuará hasta el 19 de noviembre con clases abiertas, exhibiciones de danza y música en vivo, conversatorios, conciertos y dos noches de galas en la Fundación Celarg con bailarines nacionales, los colombianos Marcelo Mesa y Maria Alejandra Sánchez y músicos internacionales.

Por otro lado, el 26 de noviembre se celebrará la Gran Noche de Ronda La Mariposa, organizado por Soraya Balliache en la Casa Húngara de Caracas, gran encuentro que reúne a los exponentes del arte rioplatense de todo el territorio nacional, con previas milongas, clases y conversatorios.

Además, el 11 de diciembre se celebra el Día Nacional del Tango, fecha en que las comunidades tangueras de todo el mundo, incluyendo nuestro país, se concentran para homenajear al cantante Carlos Gardel y al director de orquesta Julio de Caro, y por supuesto a disfrutar de este querido género, declarado por la UNESCO como patrimonio inmaterial de la humanidad.

Moisés Hernández y participantes del Encuentro Nacional de Tango 2017 en la Biblioteca Nacional. Fotografía: Janina Kristek