La danza de Nebrada cobra vida en Argentina
Laura Fiorucci es la encargada de remontar para dos bailarines del Ballet Metropolitano de Buenos Aires un hermoso pas de deux del maestro venezolano

Sinergia entre los cuerpos, arriesgado equilibrio, elegante firmeza y movimiento infinito. El estilo de Vicente Nebrada desborda en belleza y son sus pas de deux los más admirados. La danza entrelazada de la bailarina y su compañero descubre la sublime sensibilidad que distinguió a este maestro y que lo hizo merecedor del aplauso mundial.

Nebrada nació en Caracas en 1930 para dedicar su vida al ballet. Aunque se despidió de este mundo en marzo de 2002, su obra sigue brillando en los escenarios del mundo. Lamentablemente, en su natal Venezuela, no consigue espacio en los escenarios debido a que solo resta una Compañía de Ballet en el país.
Este 8 de septiembre, dos bailarines del Ballet Metropolitano de Buenos Aires (BMBA) interpretarán el pas de deux (dueto) de su versión de La Cenicienta (1994), dirigidos por la maestra y bailarina venezolana Laura Fiorucci, en la cuarta edición del Encuentro Danzar por la Paz a beneficio de Unicef.
El espectáculo es organizado por Leonardo Reale, bailarín, coreógrafo y director del Ballet Metropolitano de Buenos Aires, quien en 2014 fue nombrado Embajador de la Paz por las Naciones Unidas. Desde entonces organiza estas galas a beneficio de Unicef, en donde reúne a grandes artistas internacionales de la danza.
Los jóvenes que recrearán la hermosa pieza son Yanina Toneatto y Rodrigo Villaverde, quienes según Fiorucci, tienen un alto nivel profesional y están encantados con el pas de deux. “Para los bailarines siempre es un motivo de alegría interpretar una obra de un coreógrafo que no han bailado nunca”, comparte la coreógrafa.
“Las coreografías de Vicente tienen, en los dúos, una belleza muy grande y marcada. Las mujeres deben verse siempre hermosas, fluidas, el movimiento debe detenerse nunca, deben ser infinitas. Los hombres deben estar muy bien plantados, ser firmes en el manejo de la compañera y verse elegantes”, sostiene Fiorucci, también investigadora y colaborada de Wikipedia.
Laura Fiorucci vivió junto a su maestro la época dorada del ballet en Venezuela. Nebrada fue director artístico del Ballet Teresa Carreño (BTC) durante dieciocho años, y ella siempre lo acompañó como asistente y pupila, al punto de ser considerada por el mismo como su “Memoria coreográfica”. Durante el trabajo con los bailarines, Fiorucci exhibe videos del BTC de los años 90 para poder ilustrar el movimiento del bailarín venezolano y el estilo particular del maestro de la coreografía.
“El bailarín venezolano tiene una forma especial de oír la música, una forma diferente de mover el cuerpo con esa música, tiene una calidad de movimiento especial y eso se ve reflejado en las coreografías de Vicente. Él tenía un oído estupendo y sus piezas son muy musicales y melodiosas, pareciese que la música hubiese sido compuesta para los que están bailando, y en la mayoría de los casos es al revés”, expresa la artista.
Otra particularidad de las coreografías de Nebrada es la puesta en escena. Durante su estadía en París en 1955 formó parte de la compañía de ballet de Roland Petit, quien influenció grandemente su trabajo. Para ésta creó dos pequeñas obras: Pas de deux y Danza de los adolescentes. “Todo debe ser muy limpio, tiene que haber un buen vestuario, pulcro y bien diseñado. La bailarina tiene que estar muy bien maquillada, con un lindo tocado, el bailarín lucir impecable. Luces hermosas, bien puestas. Sin ruido visual”, describe su discípula.
Fiorucci es Directora de Montaje de la Fundación Nebrada, institución dirigida por Zane Wilson y Yanis Pikieris, la cual se encarga de supervisar la concesión de licencias y la producción de los ballets del maestro alrededor del mundo. Leonardo Reale destacó su agradecimiento con la Fundación y considera un “placer” tener a la maestra venezolana trabajando y transmitiendo conocimientos a su compañía: el trabajo de Laura es espectacular, el trato con los bailarines, como brinda sus conocimientos sin ningún reparo. Fue muy importante haberla tenido y estoy muy feliz de que haya una obra de Vicente Nebrada en Danzar por la Paz y en la compañía, destacó el galardonado bailarín.

Pasos danzados
Es la tercera vez que Fiorucci visita Argentina para remontar alguna pieza de Nebrada, sobre esto, afirma: “Es gratificante ver que mi maestro es apreciado y querido fuera del país”. Para ella, es motivo de orgullo y alegría ver la satisfacción de los bailarines hacer estas piezas y lograr, a través de ellas, pulir un estilo tan propio de los danzantes venezolanos. Destaca con entusiasmo la grandeza que siente al escuchar los comentarios positivos del público.

Talento de exportación
Nebrada es bailado en todo el mundo, menos en Venezuela. El cierre masivo de compañías, las dificultades que afrontan los artistas y el éxodo de bailarines son algunas de las posibles razones, dice Fiorucci. “Al tener una sola compañía en el país (Ballet Teresa Carreño) es muy difícil darle cabida a todo el mundo. El éxodo de bailarines ha sido grande y rápido, no ha habido posibilidad de que los balletistas de las escuelas puedan sustituir de manera natural esos puestos. El nivel ha bajado muchísimo porque son jovencitos inexpertos quienes forman la mayor parte de la agrupación. Las obras de Vicente están pensadas para bailarines profesionales, a lo mejor la directiva del Teatro Teresa Carreño piensa en eso, no lo sé”, inquiere.
Señala que en un par de oportunidades ha discutido el tema con la directiva del teatro, quienes “siempre responden de forma amigable pero nunca sucede nada. Es una pérdida porque es un coreógrafo que hizo carrera dentro y fuera de Venezuela”. Más de una vez se han abierto las negociaciones entre la Fundación Teresa Carreño y la Fundación Vicente Nebrada, sin embargo, no se llega a ninguna conclusión.
Respecto a la situación del ballet venezolano, Leonardo Reale comparte que en situaciones económicas complejas es el arte lo que se reduce. “No sé por qué, el arte en los peores tiempos de guerra fue lo que sacó a flote a los pueblos. Para mí es esencial en la vida, mi hijita de cinco años vive bailando, expresando lo que siente, cantando. El arte está presenta en nuestro cotidiano”, expresa.
El Ballet Metropolitano de Buenos Aires cuenta con un talento venezolano: Jesús Arrechedera, quien emigró del país. “Espero que la situación se resuelva lo antes posible. En lo que esté a mi alcance voy a ayudar. El mensaje para los artistas de Venezuela es que tengan fuerza, que sigan trabajando en lo que puedan porque el arte tiene que seguir brillando siempre, en las buenas y malas”, comparte el director y emprendedor argentino.

En el año 2007, Leonardo Reale y Miriam Coelho fueron invitados a una gala del Ballet Contemporáneo de Caracas, dirigido por María Eugenia Barrios. “Hicimos el pas de deux de El Corsario (1899) y el pas de deux de Las llamas de París (1932). El público fue muy cálido, los bailarines de gran nivel y fue una experiencia que sumó a mi carrera, quedó bien guardado en mi memoria”, recuerda.
Nebrada al sur
Las obras de Nebrada han sido bailadas por más de treinta compañías en todo el mundo, no obstante, es la primera vez que una compañía privada argentina goza de una de sus joyas. El Ballet Metropolitano de Buenos Aires fue fundado en el año 2004 por Reale, y es el espacio ideal para que bailarines jóvenes exploren y desarrollen su talento artístico. Son diez jóvenes que para montajes especiales ascienden a veinte, y bailan alrededor de treinta funciones al año.
EL BMBA ha recorrido escenarios de Rusia, Colombia, Chile, Uruguay y el vasto territorio argentino. Una vez más son anfitriones del Encuentro Danzar por la Paz, en donde setenta bailarines lucirán obras y estilos de diversas naciones. Esta edición también es un merecido homenaje para Oscar Aráiz, destacado coreógrafo y director argentino.
Foto principal: Ballet Estable del Teatro Argentino de La Plata, Pas de deux de La Cenicienta (2014). Coreografía: Vicente Nebrada. Reposición: Laura Fiorucci. Bailarines: Alejandra Baldoni y Bautista Parada. Foto: Carlos Villamayor