¿La Historia siempre se repite?
Animal Político, obra estrenada el 25 de octubre en el Trasnocho Cultural es una clara prueba de que la historia es espejo de la realidad actual. La obra plasma esta idea de manera contundente gracias a su interesante historia y la notable interpretación de sus actores.

Farolas de luz y bancos de madera son los elementos que convierten el escenario del Espacio Plural en uno de los sitios de encuentro más icónicos de Nueva York: Central Park. Además, los diálogos, el vestuario, la iluminación, la música y la caracterización hacen sentir al espectador que también se encuentra ahí con ellos, en medio de aquel crudo invierno de 1948.
La obra, ganadora del Segundo Concurso de Dramaturgia Trasnocho, fue estrenada el 25 de octubre bajo la dirección de Rafael Barazarte. La historia retrata a Isaías Medina Angarita, representado por Juan Carlos Ogando, expresidente de Venezuela derrocado en el año 1945 y el intelectual Laureano Vallenilla Lanz, encarnado por el actor Germán Anzola, quienes mantienen una conversación capaz de cambiar la vida de uno de ellos. Asimismo, a futuro, podría incidir en nuestra historia contemporánea. Animal Político: Un Extraordinario Encuentro muestra las posturas que estas dos figuras sostienen al enfrentarse a un exilio hostil.

En el marco del decimoctavo aniversario del Trasnocho Cultural, el texto escrito por Jesús Farías regresa a las tablas, en un contexto donde la migración y el exilio son situaciones cada vez más comunes en los hogares venezolanos. Inspirado en una conversación que realmente pasó, documentada en un libro donde Vallenilla Lanz escribió sus memorias . Las reflexiones que los dos personajes expresan en las tablas, no tardan mucho en causar un impacto en el público por la vigencia que tienen hoy en día.

Si bien la obra se centra en estos dos reconocidos personajes dentro de la historia de Venezuela del siglo XX, el proceso de investigación no fue simple y en ese sentido ambos actores coinciden en que no existe un récord lo suficientemente amplio como para captar la esencia de sus personajes de manera cabal, en el libreto de la obra. “Mi personaje fue construido con lo que conseguí sobre él en el texto, y con lo que pude aportar como actor”, cuenta Germán Anzola, quien además admite que su preparación para la obra fue un reto, ya que se trata de un texto difícil y Vallenilla Lanz es el primer personaje histórico que le ha tocado interpretar.
-Esta es una obra para pensar – dice Anzola – y era lo que necesitaba para volver al teatro luego de una importante ausencia. Siento que esta puesta en escena aporta mucho a la comprensión del contexto que estamos viviendo. Pienso que tanto el director como el escritor tienen una visión clara del mensaje que quieren emitir”.

Por su parte, Juan Carlos Ogando comentó que se le hizo difícil darle vida a Medina Angarita porque en el libreto hay referencias de cómo él era, mas no sobre su manera de expresarse verbalmente. Entonces, hubo que buscarle ese sentido: “Con Medina no hay un ideario popular, no hay referentes claros que lo identifiquen por algún gesto, tono o acento particular; cosa que no sucede con Pérez Jiménez, por ejemplo. Hay descripciones más cercanas a su persona, como político y como militar. De hecho, se hizo una novela muy popular en la década de 1970, Estefanía, que creó una imagen de Pérez Jiménez que la gente todavía recuerda. Por el contrario, en este caso, la dificultad de crear la imagen de Medina radicó precisamente en esa carencia en el texto de la obra. El proceso de obtener un mayor conocimiento de las particularidades de la época, leer e investigar, se hizo necesario a la hora de reflejar los rasgos particulares de Medina Angarita”, detalló el actor.
Una experiencia compartida
Las ideas planteadas en la tertulia de estos personajes en Animal Político son consecuencia de las situaciones que los llevaron a ser expulsados de su patria, así como por las vivencias que tuvieron en los Estados Unidos como inmigrantes. Es un sentir que todos los venezolanos de nuestro tiempo comparten pero que además comparten con aquellos venezolanos que emigraron o se exiliaron en la década de los 50 y de eso va el discurso que se encuentra latente en los diálogos de Animal político. Es cuando se le hace un guiño al fenómeno que en los últimos años ha aumentado de manera significativa en nuestro país: la migración así como el exilio para los políticos. Ambas experiencias refieren el abandono del hogar, son distintas entre sí, pero la conexión que guardan descolla, cuando se aparta un poco la mirada fuera del contexto en el cual vivimos.No todos los que partieron o parten son exiliados, sino que, debido a determinadas circunstancias debieron hacerlo. Muchos anhelan regresar.

El teatro histórico está regresando a las tablas venezolanas no solo para darnos una forma de comunicarnos en la hostilidad del ambiente que nos rodea, sino también para que nos encontremos con nuestras raíces y visualicemos nuestro futuro. Ejemplo de ésto es la presentación de la biografía de la periodista Sofía Ímber y de Renny Ottolina este año en diferentes teatros de la ciudad. En otras palabras, se busca la introspección. Hacer énfasis en los errores que se han repetido desde hace tantos años y que es vital identificar para lograr enmendarlos, y así alcanzar un mejor porvenir.
Como parte de la programación que el Trasnocho Cultural maneja con motivo de su aniversario, Animal Político se presenta en la sala Espacio Plural hasta el 15 de diciembre los viernes a las 05:00 y sábado y domingo a las 04:00 de la tarde. Las entradas tienen un costo de 45.000 bolívares y se pueden adquirir por la página web o en las taquillas del teatro.