La sociedad debe reaccionar a la violencia con valentía
Con un musical infantil sobre los valores Espacio Anna Frank conmemora el día de las víctimas del Holocausto

El domingo 28 de enero a las 11 de la mañana en el Aula Magna de la UCV, Espacio Anna Frank presenta el musical infantil Canto+ juego + coexisto y, una hora antes de que comience el espectáculo, se realizará otra actividad para los niños que consiste en el intercambio de un juguete bélico (en su defecto, una carta o dibujo) por un CD con las canciones que integran la banda sonora del musical. La información sobre este espectáculo completamente gratuito para el público, ha sido difundida en las redes y se encuentra en Esfera Cultural.
Con el ánimo de contextualizar este evento conversamos con la Anita Figa quien pertenece a la directiva de la ONG Anna Frank. Ella explica que este musical es una de las principales actividades educativas y culturales que realiza la organización y este año contó con el apoyo de diversas embajadas y la Dirección de Cultura de la UCV. Además forma parte de la programación In memoriam 2018 para honrar la Resolución aprobada por la Asamblea General de las naciones Unidas que designó el 27 de enero como Día Internacional de Conmemoración anual de las víctimas del Holocausto.
—Juego+Canto+Coexisto —afirma Anita Figa— está en línea con la visión y de los objetivos de Espacio Anna Frank que se ocupan en la difusión de todos aquellos valores; honestidad, respeto al prójimo, tolerancia,valentía moral, coexistencia, cooperación y solidaridad que permitan contrarrestar la discriminación, la intolerancia y la persecución y muerte de las personas por pensar o ser diferentes. Lo hacen por medio de exposiciones itinerantes de carteles, concursos, conferencias y en colegios y universidades, cine-tertulias en el Centro Lido, publicaciones en físico o en las redes sociales.

En el musical que es el espectáculo anual que produce la ONG con sus aliados, cada canción va a contener un valor positivo interpretado por un ensamble de instrumentos con cinco músicos entre ellos el baterista del Grupo Aditus Valerio González, 40 niños que pertenecen al Coro infantil y juvenil de la UCV junto a los actores Mario Sudano y Mercedes Benmoh.
El montaje tiene como objetivo central honrar a las víctimas del Holocausto y, por eso, en la entrevista con Anita Figa, cabe la pregunta :¿Cómo explica la ausencia de una respuesta contundente por parte de los propios alemanes, los países europeos y la Iglesia Católica ante el asesinato de 6 millones de judíos a manos del Gobierno de Hitler?
—No solamente Europa, muchos países del mundo y el Vaticano, mas no todos los clérigos y monjas, se hicieron la vista gorda sobre lo que ocurría en los campos de concentración. La primera evidencia de lo que podría suceder se produjo en la Conferencia de Viena en 1938 cuando Hitler dijo: “Yo tengo un problema que son los judíos y no los quiero. ¿Quién los quiere? Evidentemente nadie los quería. Se estudia el fenómeno del Holocausto y se elaboran teorías sobre si hubiera sido oportuna una mayor intervención militar extrajera, sobre por qué la Iglesia Católica se lavó las manos y también se reconoce que muchos alemanes sabían lo que ocurría. Un prueba es que la propia familia de Anna Frank fue delatada por alguien que descubrió que 12 personas se escondían en el ático.
Sobre el aspecto de la indolencia de la sociedad frente al exterminio nazi y otras masacres que ocurren en el mundo, Figa señala que hay una diferencia entre holocausto y genocidio:
—Genocidio es que yo te voy a matar porque tú eres diferente, pero si te vas del país y me dejas el camino libre, puedes vivir en cualquier otro lugar donde te acepten. En el caso del Holocausto ¿qué hizo Hitler? Fue buscando judíos de cuatro generaciones en 22 países de Europa y cometió su exterminio sin que los perseguidos pudieran irse —afirma.

—¿Por qué cree que las sociedades se paralizan frente a una masacre?
—En una de nuestras actividades hicimos un concurso de afiches sustentado por una investigación sobre los genocidios del siglo XX en todo el mundo, con el propósito de aportar una serie de herramientas que sintetizamos en tres palabras: recuerda, reflexiona y reacciona, para que la sociedad pueda responsabilizarse por medio de una toma de conciencia de lo ocurrido y una reacción transformadora que los conduzca de los prejuicios a los valores y de las recriminaciones a aquellas acciones que apunten a la tolerancia y coexistencia.
—¿Las heridas que dejó el holocausto en los judíos sanaron? ¿Los sobrevivientes lograron perdonar? Y ¿qué puede decirnos de los sentimientos de culpa de los alemanes?
—Sabemos que en Alemania se estudia a fondo el Holocausto en estos días y sabemos también que cuando Konrad Adenauer, el presidente de una Alemania que debía reconstruir, llama a los judíos a perdonar a los nazis, lo hace con la salvedad de que éstos no hubieran matado a nadie. Sobre los sentimientos de culpa de los alemanes en la actualidad sabemos de niños alemanes que emplazan a sus abuelos y padres para saber por qué no reaccionaron frente al exterminio. Recibimos testimonios de sobrevivientes que se convirtieron en activistas por la paz, gente que continuó con su vida y personas que no pudieron aceptar la tragedia de perder a toda su familia y quedaron muy afectadas el resto de sus vidas.
Sobre las causas del Holocausto nazi la entrevistada resume:
—Los hebreos representaron para Hitler el chivo expiatorio de todos sus problemas. Sin embargo, desde la edad media, en Europa cundía el antisemitismo que proclamaba a los judíos culpables de la peste negra, de la muerte de Cristo y de tantos otros infortunios. En el siglo XX, al término de la Primera Guerra Mundial, Alemania queda devastada económicamente, la República de Weimar quebrada y los judíos fueron acusados de una debacle que era producto del fracaso de la guerra por parte de Alemania.

—¿De tantos valores que Espacio Anna Frank promueve, cuál considera el más importante?
—La valentía moral y con eso me refiero a darnos cuenta de lo que está pasando y a reaccionar aun cuando eso signifique ir en contra de lo que nos rodea —sobre el particular, la representante de Espacio Anna Frank trae a colación unos versos del pastor protestante Martin Niemöller (hay quienes atribuyen el texto al dramaturgo alemán Bertol Brecht) y describen cómo la discriminación social puede ir creciendo y afectando a un mayor número de personas hasta tocarnos a todos sin distingo—. En el Museo del Holocausto que está en Israel —continúa— hay un recordatorio de todas las personas que arriesgaron su vida salvando judíos y allí, en el Bosque de los Justos entre Las Naciones, cada árbol lleva el nombre de una persona salvada. Con respecto a la valentía moral de los venezolanos publicamos tres libros. El primero narra el episodio de cuando, en 1939, dos barcos Caribia y Koenigstein, repletos de refugiados judíos que escapaban de Alemania, lograron atracar en los puertos venezolanos de La Guaira y Puerto Cabello, con la anuencia del general Eleazar López Contraras y la generosa participación de la comunidad. El segundo recoge el testimonio de los héroes del deslave de Vargas y el tercero narra la experiencia de una familia de emigrantes españoles que echó raíces en Venezuela.