El laureado Ricardo Piglia murió como personaje de novela
Uno de los grandes de las letras latinoamericanas contemporáneas falleció luego de conocer que recibiría el tratamiento contra la esclerosis que tanto esperaba

No sabemos si los padres de Ricardo Piglia avisoraban el exitoso futuro que tendría el argentino dentro del mundo de las letras, pero presumimos que no. Hoy, 6 de enero de 2017 día de su fallecimiento, el mundo lo despide como uno de los narradores iberoamericanos contemporáneos más importantes, casi imprescindible dentro de la literatura. Piglia recibió ininterrumpidamente premios literarios desde 2010 hasta 2015, todos los años, no solo por su última novela Blanco nocturno, sino también por su loable trayectoria. Lo cierto es que sus éxitos empezaron mucho antes. Desde hace al menos cuarenta años sus trabajos tienen gran reconocimiento internacional.
El acercamiento de tan prominosa figura a las letras ocurrió casi de forma accidental. El escritor, nacido en Adrogué, Argentina el 24 de noviembre de 1941, contó en una entrevista para Leila Guerriero en 2010 que fue impulsado por una novia de su adolescencia a leer en serio, de manera metódica. “El padre era de familia de anarquistas, leían mucho. Íbamos caminando, había un muro alto, y ella me dijo: ‘¿Estás leyendo algo?’. Y yo había visto, en una librería, La peste, de Camus. Y le dije: “Sí. La peste”. Y me dijo: “Préstamelo’. Me da vergüenza contar esto, pero compré el libro, lo leí esa noche, lo arrugué un poco para que pareciera usado, y se lo llevé al día siguiente. Y ahí empecé a leer”.
60 años más tarde, no solo se hizo ávido lector, si no también crítico, editor, guionista, profesor de literatura y escritor. Su narrativa cautivó a todo un continente. En 1967, Piglia publicó su primer libro de relatos, La invasión, con el que obtuvo una mención especial en el VII Concurso de Casa de las Américas. En 1975 el escritor lanzó su segundo texto de relatos, Nombre falso, que llegó a ser traducido al francés y al portugués. Su obra continuó con Respiración artificial (1980), el ensayo Crítica y ficción (1986) y Prisión perpetua (1988), con los que se consagró como escritor de altura.
En 1997 Piglia recibió -rodeado de polémica- el Premio Planeta por su obra Plata quemada, que años después llegó al cine bajo la dirección de Marcelo Piñeyro y las actuaciones de Pablo Echarri, Leonardo Sbaraglia y Eduardo Noriega. El filme obtuvo en España el Premio Goya 2000 al mejor largometraje extranjero de habla hispana.
El autor también dedicó su carrera a la publicación de críticas y ensayos sobre importantes escritores argentinos y ejerció como docente en la Universidad de Buenos Aires, en la Universidad de Princeton y en la Universidad de California.
En agosto de 2011 Piglia viajó a Caracas a recibir el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, en su XVII edición, por su última novela publicada, Blancos nocturnos, que también le significó el galardón en el Premio Internacional de Novela Dashiell Hammett 2011 y el Premio Casa de las Américas de Narrativa José María Arguedas (2012). Entre los últimos galardones, logró el Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas (2013) y Premio Formentor de las Letras, en septiembre de 2015.
A pesar de la esclerosis lateral múltiple (ELA) que lo azotaba desde 2013, Piglia trabajó siempre, hasta un día antes de su muerte, según dijo su asistente al diario argentino La Nación. La enfermedad, aunque afectó sus músculos, no le quitó la lucidez intelectual y creativa para continuar: en 2015 publicó Los diarios de Emilio Renzi y actualmente redactaba una serie de relatos protagonizados por el comisario Croce, personaje de su última novela.
La mañana de este viernes medios argentinos publicaron que una campaña solidaria que pedía el suministro de medicamentos para el escritor finalmente había obtenido una respuesta positiva. En noviembre pasado Piglia había reclamado judicialmente que Medicus se hiciera cargo del costo del medicamento experimental GM604, del laboratorio estadounidense Genervon, para su tratamiento. Las primeras dosis, que ascendían a los $ 100 mil, había sido adquirida por el propio escritor y sus amistades y de acuerdo con sus allegados le había hecho mucho bien. Este jueves 5 de enero celebraron no solo la mejoría física que había tenido, sino también la respuesta positiva de la empresa. Horas más tarde, con 75 años, falleció el ilustre escritor.
Con información de: La Nación, El País, Wikipedia
Foto: La Nación