Laureano Márquez: En Venezuela el Estado propicia la falta de ética
Durante el bautizo del libro "Ellos vivieron en el país porvenir" de José Antonio Perrella, el polémico humorista disertó sobre los estragos que causa en la sociedad venezolana, la idea errónea de la riqueza fácil

La noche del pasado miércoles 22 de febrero en el Lounge del Trasnocho Cultural, el humorista y politólogo Laureano Márquez asumió el rol de presentador del libro Ellos vivieron en el país porvenir de José Antonio Perrella. A manera de preámbulo, le agradeció al autor haber pensado en él para este encuentro y mostró asombro ante la concurrencia masiva del público que se duplicó por el efecto de los espejos en el techo del salón, según indicó.
–Quiero referirme primero al título de la novela que tenemos hoy entre manos – afirma Márquez y añade: “Se llama Ellos vivieron en el país porvenir y es una cosa complicada porque, ellos vivieron; es pasado, y el país porvenir, no ha venido, entonces, de alguna forma esta novela es como una especie de recuerdos del futuro.
“Todos quisiéramos, alguna vez, cortar esos pedazos de nuestra historia individual o colectiva y avanzar a una trama mejor. Sobre todo cuando estamos pasando por esos momentos difíciles que solemos llamar crisis. En Venezuela la crisis ha existido siempre y va a seguir existiendo tal y como narraré en el primer cuento de la noche”, prosigue el invitado.
–Es la historia de un rey que estaba buscando una frase que le ayudase en los momentos difíciles de su reinado, pero además tenía que ser una frase que cupiese en un huequito que tenía en su anillo. Por tanto, decidió convocar a los filósofos del reino y ellos hacían frases inteligentes, adecuadas y oportunas, pero todas largas– relata el articulista– Ninguna cabía en el anillo. Entonces, uno de sus sirvientes le dijo: “Majestad, yo creo tener esa frase que le escuché a un sabio y la voy a colocar en el anillo”, cosa que hizo.
–El rey andaba con su anillo y el momento difícil no tardó en presentarse – continúa el relator – fue cuando un ejército enemigo invadió el reino. El rey comenzó a huir por el bosque. Sus soldados se le perdieron en el monte y él llegó al borde de un abismo, sintiendo por detrás el galopar de los caballos de su enemigo. Una situación apta para destapar el anillo, cosa que hizo. Sacó la frase que decía: “Ésto también pasará”. Meditó y encontró que tenía sentido.
— Mientras imaginaba cómo sería su muerte – dice Laureano Márquez- el rey escuchó que los caballos enemigos se dispersaban. Empezó a regresar y encontró a su ejército. Retomó el reino, y allí sus súbditos lo recibieron con apoteosis y el sirviente se le acercó y le dijo “Majestad , este también es un momento para leer la frase porque todo esto también pasará”.

—Las crisis pasan y vuelven y en Venezuela vivimos en una crisis permanente –explica el politólogo — además tenemos una carga en torno a la cual quiero poner el énfasis. Una visión de nosotros mismos relacionada con nuestra riqueza petrolera, con la riqueza fácil que se instauró desde nuestro nacimiento. Cuando Colón llega a Venezuela creyó haber llegado al paraíso terrenal y ustedes saben cuál es su rasgo distintivo; en el paraíso terrenal no se trabaja. Adán no trabaja. No lo hace, porque como diría el negrito del batey, Dios hizo el trabajo como castigo.
–Aunado a esto – profundiza – Colón nos pone nuestro primer nombre que es de Tierra de Gracia, (palabra de origen teológico que significa: aquello que Dios te da gratuitamente aunque no lo mereces) entonces somos una tierra donde todo tiene que ser gratis y no hay que trabajar .
“Por ejemplo. De seguro enseguida usted se entera que si tiene cien dólares y un amigo enchufado, vende esos cien dólares en el mercado negro y entonces…”, es cuando el humorista, multiplica, divide, cambia el valor de la moneda, y repite el proceso hasta dos vueltas, entre las bromas y la hilaridad del público, hasta que la cifra inicial de los 100 dólares llega a millones de dólares.
–Yo se que esto nadie lo está haciendo en Venezuela – asegura Márquez – pero teóricamente podría hacerse si tenemos instalada en la cabeza la idea de la riqueza fácil. Por el contrario, países que alguna vez fueron pobres como Israel, Japón o Noruega tienen la riqueza en la cabeza de sus ciudadanos y nosotros también deberíamos entender que aun cuando tengamos las reversas petroleras más grandes del planeta, somos ricos porque en Harvard nuestros estudiantes ganaron el primero y el segundo lugar con su modelo de las Naciones Unidas.
“Nosotros soñamos un país y practicamos otro más cómodo, más fácil, más oportuno. Ese que soñamos es un país de justicia, de bondad, de respeto.- reflexiona el reconocido politólogo y agrega: “Entonces ¿Eso pasa porque nosotros somos malos? y la respuesta es: No, nosotros podríamos decir como Jessica Rabbit en la historia de Roger Rabbit: ‘Yo no soy mala a mi me dibujaron así’. A nosotros nos dibujó así nuestra historia y nuestra circunstancia”.
–A nosotros nos dibuja así- reitera el ponente – un Estado que nos obliga a no ser éticos porque no tenemos otra manera de conseguir divisas y hasta a ser inmorales porque hay situaciones que te conducen obligatoriamente a esa inmoralidad. ( Por ejemplo, la apatía que mostramos en relación a la tragedia de aquellos mueren por falta de medicamentos para la quimioterapia). Nosotros vivimos en eso que los latinos denominaban el privilegium (del latín privada- ley ) que se traduciría como una desobediencia civil interconectada. Y eso, usted no lo puede alterar así como así , porque el país funciona gracias a esa compleja red.
Sobre este aspecto, el polémico articulista, le sugiere a un hipotético gobierno , en serio, serio que aplique sus medidas empezando por el respeto a las señales de tránsito por espacio de horas, o por pasos y etapas hasta alcanzar metas progresivamente.
La esperanza, por sí sola, es mala
En la siguiente fase de su charla, el presentador del libro de Perrella, diserta sobre cómo la esperanza en un futuro mejor, por sí misma, no es suficiente. Tan es así que los griegos consideraban la esperanza como el último mal guardado en la Caja de Pandora y pensaban que el destino estaba escrito, pero que el hombre tenía la posibilidad de cambiar ese destino con su creatividad, inteligencia, voluntad y acción.
–Creo que nosotros tenemos que reestructurar el alma nacional – dice para concluir – la voluntad y la inteligencia creativa pueden suplir la vana esperanza y la participación del individuo (ejemplo: un colibrí que quiere apagar un incendio) es imprescindible en el tarea de armar en el sentido de componer a la sociedad.
“Creo que nosotros tenemos que reestructurar el alma nacional “
Un sueño de país en una novela
José Antonio Perrella, tiene una larga trayectoria como consultor empresarial pero en esta oportunidad le toca bautizar su novela Ellos vivieron en el país porvenir. Comienza por enaltecer el gentilicio venezolano de los presentes al margen del país de origen de muchos y halaga tanto a quienes le precedieron en el podi,o como al equipo que filmó y musicalizó el vídeo que amenizó la velada, encabezado por el maestro Vytas Brenner.
El administrador de empresas refiere entonces, a grandes rasgos, sobre los enormes problemas y las dificultades que enfrentan en la actualidad no solo los venezolanos que deciden quedarse en el país, sino aquellos que se van y resalta su valentía, espíritu de recuperar la nación y el amor que embarga los corazones de todos.
Perrella aprovecha para agradecer la concurrencia de sus amistades a la velada y relata cómo logro escribir la novela. “ En abril 2015 me senté en un día en la comodidad de mi estudio, un lugar mágico y lleno de paz y me dije: ‘Voy a hacer una terapia porque necesito desahogar una cantidad de cosas que me frustran’ y se me ocurrió que podía hacer esa especie de catarsis en una novela, que es mi género literario preferido. Además, y en paralelo, quería escribir sobre el país y quería criticar lo que estamos viviendo y lo de antes. Pero ante todo yo quería escribir sobre mi sueño de país”, indica el autor.
–Entonces empecé esa aventura y por tres meses la mantuve en secreto. El día que el personaje femenino cometió una locura de pasión, yo sentí que estos personajes tenían vida propia y que ya no podía hablar de unas reflexiones, sino que estaba escribiendo un libro. Escribí esto por un año y medio. No quise echarme un rayón a estas alturas y le puse todo el empeño y todo el amor e hice que estos personajes vivieran en el país que yo sueño– dice el autor .
–En esta novela- continúa – vamos a encontrarnos con un país que no es Suiza ni España ni Estados Unidos. Es Venezuela, sabrosa, complicada, informal; pero yo no me planteé una utopía sino un país posible que en algunos aspectos seguramente ya tuvimos antes de los 60. En el libro describo un sistema de educación, un sistema de seguridad ciudadana, un sistema de salud y el turismo en el país. Explico su composición macro económica pero lo hago desde la vivencia y las experiencias de los personajes con quienes espero que los lectores se identifiquen.
José Antonio Perrella agradece también el apoyo que recibió por parte de un grupo de profesionales que lo asesoraron, así como la colaboración de Álvaro Benavides La Grecca, autor del texto en la portada del libro; de los grupos de primera lectura; de su apreciada familia; de su asesora literaria, Catalina Gasper y de la curadora y promotora de la edición, María Fernanda Fuentes.
Para finalizar, al calor de la publicación del libro, Perrella dio a conocer la creación de la Fundación Cuatropés, que se va a encargar de difundir todos los proyectos que están esbozados en el libro. Sobre ello apunta: “Me gustaría que los grandes talentos del país se sientan atraídos por la idea de presentar sus proyectos en diversos formatos y que en la red las buenas ideas y mejores propuestas e ideas comiencen a tomar el lugar de la diatriba política que luce estéril”.
