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Le llamaban Bud Spencer

Su verdadero nombre era Carlo Pedersoli y en esta columna Mario Morenza recuerda cómo fue la vida de este personaje pintoresco

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Flying through the air

Side by side we dip bend and climb

Flying through the air so free

Feel them left behind below us

Carlo Perdesoli (Bud Spencer)

 

Bud Spencer vivió como si protagonizara una novela de aventuras.  Conocido por su inquieta y nómada vida, desempeñó actividades y oficios tan aventureros como el medio centenar de roles que interpretó en la gran pantalla. Compuso soundtracks, pilotó aviones y empresas, se destacó como nadador olímpico, echó chistes en seis idiomas, incursionó en la política y construyó carreteras en Sudamérica.

También contaba con una anatomía épica: medía 1,94 de estatura y su fuerza era digna de películas de acción: repartió puñetazos y patadas que desafiaban la gravedad en decenas de técnicas de combate. Entre sus films más exitosos se encuentran los diecinueve que realizó junto a Terence Hill: con los años, ambos se convirtieron en la pareja más exitosa de los spaghetti western italianos.

El verdadero nombre de Bud Spencer no era Bud Spencer. Era Carlo Pedersoli. Y nació en Nápoles el 31 de octubre de 1929. En 1940, su familia se mudó a Roma por razones laborales. En plena adolescencia, Carlo se sumergió en sus estudios secundarios y en piscinas olímpicas.

En 1947, ya en la universidad, un nuevo cambio de residencia, esta vez continental, le obligó a interrumpir sus fórmulas químicas y alejarse del cloro de las piscinas. La familia Pedersoli se radicó en América del Sur. Carlo trabajó como bibliotecario en Buenos Aires y, posteriormente, se desempeñó como secretario de la embajada italiana en Montevideo.

Carlo volvió a Italia un par de años después. A los pocos días se inscribió en el club de natación S.S. Lazio (Societa Sportiva Lazio Nuoto). Desde ese año de su regreso hasta 1956, Carlo Pedersoli se proclamaría consecutivamente emperador de los cien metros libres. Entre sus logros más rutilantes recordamos el de la tarde del 19 de septiembre de 1950, cuando se convirtió en el primer nadador italiano en esa disciplina con un registro menor al minuto, dejando el cronómetro en cincuenta y nueve segundos con cinco décimas. Pero esto solo sería el comienzo de una carrera ejemplar.

A los pocos meses, participó en los primeros juegos del Mediterráneo en Alejandría, Egipto. Allí consiguió dos preseas de plata. En la edición siguiente celebrada en 1955 en Catalunya, Barcelona, perteneció al equipo italiano de waterpolo con el que obtendría la medalla dorada.

Entretanto, con el equipo nacional de natación, Carlo Pedersoli nadó las albercas de los juegos olímpicos de Hensinki, Melbourne y Roma, pero no llegó al podio. Además de su intensa actividad deportiva, volvió a las aguas académicas y se licenció en Derecho y cursó algunas materias en Sociología.

Por cosas del destino, el versátil atleta apareció por primera vez en una película interpretando a un guardia del Imperio Romano en el film Quo Vadis, estrenada en 1951. Siete años más tarde, regresaría a la gran pantalla como extra, vistiéndose de carabinero en Adiós a las armas, basada en la novela homónima de Ernest Hemingway y protagonizada por Rock Hudson.

Hacia 1957, el inquieto Pedersoli cambió nuevamente de oficio, de status social y de continente. Decidió regresar a América y consiguió trabajo en la construcción. Su esfuerzo ayudó a cimentar numerosos metros del tramo Venezuela-Colombia de la carretera Panamericana. Pedersoli confesaría que esta experiencia, lejos de su país, le permitió reencontrarse a sí mismo. Para 1960 aún no había abandonado Venezuela y durante por un buen tiempo trabajó ocho horas diarias en un concesionario de autos en Caracas. No obstante, nunca se desligó de la natación del todo y continuó braseando en piscinas olímpicas.

Eventualmente, Carlo retornaría a Roma. En la capital italiana contrajo matrimonio con Maria Amato, hija de Giuseppe Pepino Amato, productor de cine. Con ella tuvo a sus tres hijos: Giuseppe, Christine y Diamante.

En este punto, la vida de Carlo daría un giro hacia el mundo del espectáculo. Entre las cualidades del ya exnadador se encontraba la música y firmó contrato como compositor de canciones para intérpretes como Ornella Vanoni y Fidenco Nico hasta 1964, año en el que fallece su suegro y Carlo asumió las riendas de la producción de documentales de la rai.

They Call Me Trinity fue estrenada en 1971

En el otoño de 1967 el productor de cine Giuseppe Colizzi lo invitó a participar como actor en Dios perdona. Yo no. Fue en el set de grabación de esta película en la que Carlo y Mario Girotti se hicieron grandes amigos. Gracias a este film, los actores americanizaron sus nombres para hacerlos más comerciales. Carlo Pedersoli elegiría Bud Spencer: combinación de su cerveza favorita y un actor al que admiraba: Spencer Tracy. Sus personajes le dieron la vuelta al mundo. La película Más fuerte, muchachos le despertó la pasión por pilotar aviones. La canción original del film, Flying Through the Air, título que de alguna manera define su vida, fue compuesta por él.

Bud Spencer tuvo una vida de trotamundos que abandonó el 27 de junio de 2016. Asfaltó carreteras, rompió récords de natación y se le cansaron los puños de tanto golpear a los villanos del cine.

«Papá se marchó serenamente a las 18:15. No sufrió, nos tenía a todos junto a él y su última palabra fue “gracias”», expresó Giuseppe, su hijo mayor.