Lector Metálico: Oz el traidor
El polémico escritor Amos Oz parte de la interrogante ¿Qué es la traición? para escribir la novela juvenil " Una pantera en el sótano"

Al protagonista de Una pantera en el sótano (España: Debolsillo, 2007), sus amigos lo llaman Profi. Es un niño de doce años de edad, hijo de una enfermera y un hombre de letras del que ha heredado el gusto por los libros y el interés por conocer el significado de las palabras. Viven en la convulsa Jerusalén de 1947, ciudad ocupada por las tropas británicas a la víspera del llamado “Mandato británico de Palestina” que busca consolidar la independencia de Israel.
La rutina familiar está condicionada entonces, por los toques de queda accionados por los ingleses, un riguroso horario que no permite la circulación libre de civiles en determinados lapsos de tiempo. Mientras están en su casa, todos ocupan sus mentes en algo: el padre, se inclina sobre el escritorio para continuar su investigación sobre los judíos procedentes de Polonia; la madre, mantiene al día los implementos de primeros auxilios, una tarea para nada sencilla. Por un lado, debe esconderlos de los oficiales británicos que visitan su hogar con cierta regularidad (como medida de prevención y orden), y por el otro tenerlos al alcance prestos a ayudar a los heridos de la resistencia que llegan a altas horas de la noche buscando refugio. Mientras tanto, Profi se dedica a afinar los detalles de su plan imaginario para atacar, debilitar y expulsar de una vez por todas a la pérfida Albión de su tierra.
La inocencia del protagonista ha sido quebrantada, sus juegos son suplantados por la organización LOM (libertad o muerte) que ha creado junto a sus dos amigos: Ben Hur y Chita Roznik. En su mundo ellos conforman la pieza fundamental de la resistencia contra los ocupas británicos.
Pero todo cambia el día en el que Profi observa en la pared de su casa, justo debajo de la ventana de la cocina, unas letras escritas con el siguiente mensaje: ¡profi, boged shafel! (¡profi, vil traidor!) (p.9). Sus amigos ahora son sus enemigos ¿Cuál es la causa? ¿Por qué violentan la tranquilidad del lugar que él habita?
Una noche las horas pasan inadvertidas y Profi se encuentra en la calle a merced del toque de queda. Corre buscando llegar a su casa sin alertar a los soldados y en su frenético desplazamiento tropieza con un sargento de las tropas británicas de nombre Stephen Dunlop. A primera vista no representa una amenaza: un hombre regordete vestido con pantalones cortos de color caqui que le llegan hasta las rodillas y medias largas. El uniforme y sus movimientos- algo torpes- lo hacen ver como un niño. Al contrario de lo que esperaba, el sargento amablemente entabla una conversación con él mientras lo lleva escoltado hasta su hogar, el lugar donde ya debería haber estado resguardándose del toque de queda.
Dunlop le habla en un hebreo torpe y él le contesta en un inglés básico, ambos deciden tener varios encuentros con el fin de aprender el idioma materno del otro. Profi evalúa la situación como una oportunidad de extraer información clasificada del enemigo. Sería una acción encubierta, no le diría nada al resto de los integrantes de LOM hasta obtener los resultados, pero sus amigos se enteran antes de que él logre su objetivo y su heroico trabajo de espía pasa a ser un acto de traición.
A medida que pasa el tiempo con el sargento, Profi comienza a cuestionar sus creencias, desarrollando un sentido de ambivalencia. El amable hombre uniformado dista mucho de las palabras con las que, tanto su padre y profesores, describen a los británicos:
(…) No obstante, una voz serena dentro de mí me susurraba: tú, será mejor que te cuides de ellos. No seas ingenuo. Ya lo hemos aprendido en las clases del señor Zorobabel Guihón: «Hablan con arrogancia y siete abominaciones hay en su corazón» (Sal 94:4; Prov 26:25). «Su boca está llena de engaños y fraude» (Sal 10:7) (¿qué es en realidad fraude?) y, por supuesto, «Sus manos están llenas de sangre» (Is 1:15). Y también estaban las palabras que siempre escribía mi padre en los panfletos que redactaba en inglés para la resistencia: la pérfida Albión. (p. 66).
La acción temeraria del joven al exponerse en las calles hasta después del toque de queda lo lleva a ser castigado por su padre, que lo “sentencia” a una especie de arresto domiciliario donde solo puede salir de su cuarto a comer y asearse. Durante esos días reflexiona sobre las acciones que debe realizar y evitar cualquier miembro de la resistencia:
(…) Un combatiente de la resistencia inteligente nunca debe enredarse en un altercado con el enemigo, a no ser que haya sido por su propia iniciativa y tenga una finalidad clara. Todo contacto entre el enemigo y la resistencia ha de ser por iniciativa de esta; si no, se ayuda al enemigo. (p.86).
Luego de cumplido su castigo, Profi debe enfrentar a sus amigos que han decidido enjuiciarlo por traición. Le dejan una carta bajo la puerta indicando que debe encontrarse con ellos en el bosque de Tel Arza (como dato curioso, el nombre del bosque tiene su origen en el Mishná: un conjunto de leyes compiladas que consolidan la tradición oral judía, donde Tel Arza es descrito como el lugar donde los judíos fueron asesinados). Ben Hur lleva la voz campante: es el juez, acusador, investigador, único testigo y también legislador. Chita Reznik hace el papel de matón. Ellos lo saben, lo han visto en el local llamado “Orient Palace” en la misma mesa que el oficial británico, recibiendo del enemigo: galletas, refrescos, clases de inglés y una biblia que incluye el Nuevo Testamento, un libro que en palabras de Ben Hur ataca al pueblo judío.
El traidor ya se ha leído cinco enciclopedias y todavía no se entera de lo que ha hecho. ¿Que se lo expliquemos nosotros? ¿Que le abramos un poco los ojos? Está bien. Como no somos nazis, este tribunal debe justificar su veredicto. La razón es que tú, Profi, amas al enemigo. Amar al enemigo, Profi, es peor que pasarle información. Es peor que delatar a los combatientes. Peor que chivarse. Peor que venderles armamento. Incluso es peor que pasarse a sus filas. Amar al enemigo, Profi, es batir el récord de las traiciones. (p.112).
Irónicamente Amos Oz llama Ben Hur al joven que pintó las palabras señalando a Profit como un traidor. Oz al utilizar el nombre del protagonista de la novela homónima escrita por Lewis Wallace (Harper & Brothers, 1888) crea un puente entre ambos personajes principales. Al igual que Profit, Ben Hur (en la novela de Wallace) es juzgado por un incidente involuntario, siendo él un príncipe judío es visto como un traidor al conocer el cristianismo y convertirse en un seguidor de Cristo. Al igual que el personaje de Wallace, Profit rompe con sus creencias iniciales.
Al culminar el juicio, Profit queda lleno de tormentosas reflexiones: ¿Qué es la traición? ¿Qué es ser un traidor? Recuerda las palabras de su madre el día que descubrieron el hiriente mensaje plasmado en la pared: El que ama no traiciona (p.11); pero su madre se equivoca. Solo el que ama puede convertirse en traidor. Traidor es quien cambia a ojos de aquellos que no pueden cambiar y no cambiarán.
Nota sobre el autor:
Amos Oz es uno de los notorios intelectuales de Israel y también uno de los más polémicos. Sus coterráneos lo tildaron en algún momento de Judas y traidor debido a su firme convicción de que la paz de los suyos depende de la creación y aceptación de un Estado Palestino Independiente. Para Oz, la paz solo es posible en el reconocimiento de la existencia del otro. Es un hombre que conoce las consecuencias de la violencia: participó en la Guerra de los seis días (1967) y en la Guerra de Yom Kipur (1973). Entre los premios y reconocimientos literarios que ha recibido están: Premio Israelí de Literatura (Israel, 1988), Premio Príncipe de Asturias de las Letras (España, 2007) y el Premio Franz Kafka (República Checa, 2013).