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“Op”: un juego opticinético entre líneas infinitas, mallas, la retina y la percepción

El artista y diseñador gráfico Rodrigo Machado Iturbe presenta 20 obras OpArt, de gran formato, en la galería Espacio Monitor de Los Galpones

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La exposición Op transforma la galería Espacio Monitor, ubicada en Los Galpones, en un lugar de intriga y fascinación gracias a las piezas del artista caraqueño Rodrigo Machado Iturbe. Desde el 17 de noviembre, los aficionados del arte óptico-cinético podrán experimentar las ilusiones que Machado presenta en sus cuadros.

Rodrigo Machado Iturbe por Ezequiel Carias

La puerta de la galería se abre y recibe al visitante con cuatro imponentes cuadros en blanco y negro. El espectador entra a un mundo donde su percepción se pone a prueba gracias a 20 piezas que Machado creó especialmente para la galería Espacio Monitor. “Esta es una muestra desarrollada para el espacio de la galería, los formatos son de 120×120 centímetros y los largos de 120×240. La idea era crear una exhibición que tuviera un mismo horizonte donde la gente pudiera percibir todo en una misma línea visual. Con mis piezas bidimensionales juego con líneas horizontales que se acercan y alejan; con lo cóncavo y convexo, así como con la superposición. Se puede apreciar relieve, profundidad, diferentes planos e incluso formas. Este principio, en diseño, se llama ambigüedad”, comenta el artista.

El autor explica que para Op, su tercera exposición individual, volvió a estudiar toda la teoría del color y las obras de maestros como: Carlos Cruz-Diez, Jesús Soto, Alejandro Otero, Bridget Riley y Victor Vasarely. La preparación, en cuanto a la paleta de color, dio como resultado al morado, magenta, verde, naranja y azul, como colores vibrantes, también el magenta (muy claro) y el gris, así como su clásica combinación de blanco y negro. Las ideas -afirma Machado- comenzaron a fluir desde hace seis meses, y la materialización, unos cuatro meses.

Líneas infinitas de Rodrigo Machado Iturbe. Por Ezequiel Carias

De acuerdo con el texto curatorial que acompaña la exposición, la obra de Machado es valiosa para el arte contemporáneo en Venezuela, pues revisa y reconceptualiza la esencia del arte cinético y óptico. “Las obras que Machado Iturbe llama Opticinéticos, descomponen y desvirtúan los elementos geométricos que las conforman, a través de la retina del espectador. Las líneas, por lo general de un mismo grosor, sólidas, estrictas e impolutas, que fluyen dinámica y elegantemente por la superficie plana de fondo, se entrecruzan o van paralelas unas a las otras, creando ‘engañosos’ efectos visuales”.

El efecto tridimensional se logra gracias a la manipulación cuidadosa de las líneas. Por Ezequiel Carias

Rodrigo Machado Iturbe es diseñador gráfico, por eso tiene siempre presente todo lo que respecta a leyes y normas, teorías, corrientes psicológicas como la Gestalt y conceptos de percepción y composición. Sus piezas -apunta- son de diseño, pero también son arte: “Todo comienza con una investigación. Mi trabajo son líneas horizontales que empiezo a quebrar, con mi herramienta que es un programa de vectores, y la constante es que todas comienzan en horizontal y terminan en horizontal, siempre. A esto lo llamo paralelas infinitas, porque nunca se tocan, pero generan un elemento de profundidad. Lo mismo ocurre con las piezas que llamo mallas -que son líneas superpuestas-. Mi proceso arranca con una línea. Sigo. Pero de repente paro y hago otra cosa, y luego continúo hasta estar feliz con la obra”.

Mallas en blanco y negro. Por Ezequiel Carias

Un tema que debe ser resaltado es la museografía de esta exposición. “De las cosas más bonitas sobre esta muestra es que yo levanté un plano de la galería en mi computadora e hice el montaje de todo. Luego, Luis Miguel La Corte (director de la galería) y Miguel Miguel García (curador) se fueron a mi oficina y nos pusimos a ver las piezas: ‘pongamos esta, quitemos esta’. Y, rápidamente, teníamos a Op montada. Luis me dijo que esta es la primera vez que hacía una muestra de esta manera, pues ya sabíamos cómo se iba a ver antes de montar las piezas en las paredes”, afirma Machado.

En el año 2016, Machado tuvo la oportunidad de pasar una semana con el maestro Cruz-Diez en su taller en Panamá. Allí, afirma, conoció con mayor profundidad el trabajo de uno de sus referentes. “Para mí fue un gran honor, ya el maestro tenía 93 años, pero conocí su taller, realicé algunas piezas allá. Fue un gran honor. Recuerdo que el maestro me dijo: ‘Mira, Rodrigo, los momentos de inspiración no existen. Lo único que existe es trabajar, trabajar y trabajar, porque así es como se crean cosas. Y muchas veces de manera accidental’. Yo creo que sobre esos accidentes uno sigue trabajando y se llega a una idea original”, dijo el diseñador gráfico, quien además puntualizó que sus obras no se detienen en el borde, sino que se prolongan por los laterales de manera tal que el bastidor forma parte del trabajo; esto fue una observación que hizo Cruz-Diez sobre el trabajo de Machado.

El artista comenta que la gente que ha visto su trabajo se conmueve y se sorprende. Ejemplifica con una anécdota: “En una de mis muestras estaban una mamá con su hijo de visita. Yo estaba al lado de ellos calladito, no se imaginaban que yo era el artista –comenta entre risas–. En eso, el niño le comenta a la madre ‘mamá, estas obras están vivas. ¡Sí, porque respiran!’. Y creo que esa es la idea, que exista algo de sorpresa y fascinación cuando se observe mi trabajo”.

El artista explora en esta exhibición con el color. Por Ezequiel Carias

Observar las obras de Op requiere que entre la persona y la pieza se realice un baile; y para ello García y La Corte prepararon muy bien el espacio: le ofrecieron a cada obra la oportunidad de respirar. Entonces, son 20 danzas que se realizan con cada uno de los formatos: hacia los lados, hacia adelante, atrás… de esa manera, se genera una complicidad única entre las mallas o líneas infinitas y el espectador. El ojo ve algo, pero siempre hay algo más allá. La invitación es para que el espectador descubra por sí mismo qué esconden las obras bidimensionales de Rodrigo Machado Iturbe y su carácter óptico-cinético.

Op en la galería Espacio Monitor. Por Ezequiel Carias