P a r t i r
Coinciden los poetas Carmen Verde y Alfredo Chacón , llamados a presentar " Partir" de Alejandro Sebastiani Verlezza, cada uno con sus palabras que el auténtico poeta debe transitar hasta el límite de su interioridad y del lenguaje.

La presentación del libro de poesía Partir de Alejandro Sebastiani Verlezza fue un evento cordial. Una reunión de muchas personas que fuimos recibidos por los anfitriones Ricardo Ramírez Requena, director de La Poeteca, lugar del encuentro, y Luna Benítez , directora de Oscar Todtmann, la editorial que publicó el libro. En la celebración estuvo visiblemente contenta, la madre de Alejandro, la señora Imma Verlezza y su tía, la chef Margarita Verlezza que instaló una mesa de delicias para el disfrute de los presentes.
La lista de asistentes, extensa y entre tantos, Rafael Cadenas, Armando Rojas Guardia, Ana Teresa Torres, Yolanda Pantin, Victoria de Stefano, Igor Barreto, José Balza, Vasco Szinetar, Carlos Germán Rojas, Rafael Castillo Zapata, Erik del Bufalo , Kira Karikian , Yoyiana Ahumada mientras que Víctor Cuica el gran intérprete del saxofón, le dio un toque especial al encuentro; un sonido acorde a los versos y piezas de música ligera con un dejo nostálgico.

Desde el punto de vista periodístico la médula de la presentación de Partir estuvo en los discursos cargados de conocimientos literarios, de la poeta. editora , Carmen Verde Arocha y del poeta, ensayista y crítico literario,Alfredo Chacón. Los transcribimos textualmente a continuación porque juntos,constituyen una interpretación cabal de Partir.

Partir hacia otra lengua
Carmen Verde Arocha
Dentro de la tradición poética venezolana son varios los poetas que han cultivado una relación cercana, casi íntima, con el habla de otras lenguas. El hablar y pensar en otra lengua no solo complementó la formación de estos poetas sino que les otorgó la posibilidad de leer la poesía de autores clásicos y de vanguardia de culturas cercana y distante. Desde el siglo XIX poetas como Andrés Bello, Juan Antonio Pérez Bonalde, y ya en el siglo XX, Guillermo Sucre, Rafael Cadenas, Alfredo Silva Estrada, Verónica Jaffé, Márgara Russotto, Hanni Ossott, Adalber Salas, Gina Saraceni y Ana María Del Re, Erika Reginato entre otros,han encontrado a partir de la lectura,comprensión y traducción de textos en otras lenguas, rutas para explorar nuevas formas poéticas y renovar su propia escritura.
Podríamos recordar por ejemplo a Alfredo Silva Estrada, quién hizo de la traducción lo que llamó su segunda fila ,pero aquí, no es en la traducción en lo que haremos énfasis, más bien en aquellos poetas específicamente venezolanos que poseen el conocimiento de una segunda lengua, heredada de sus padres, en su mayoría inmigrantes, en este caso inmigrantes italianos. Nombro a Vicente Gerbasi, Márgara Russotto, Gina Saraceni, Carmen Leonor Ferro y Erika Reginato. Poetas hermanados por una misma lengua ancestral, la italiana, que durante su vida ,esta lengua les ha obligado de manera consciente o inconsciente a partir hacia sus raíces, hacia la búsqueda de un origen que asegura el no partir o el retorno. En este sentido, la poesía de Alejandro Sebastiani Verlezza, conformada hasta ahora por tres libros: Post Data, Canción en la Encrucijada y el libro que hoy se publica Partir editado por Todtmann ,se inscribe dentro de este último grupo de poetas que he mencionado.
La poesía de Alejandro Sebastiani Varlezza, y así lo confirma este poemario, constituye un espacio singular dentro de su generación, en este siglo de casi dos décadas, por ser una palabra consciente y reflexiva que se mueve. Se desplaza hacia sus raíces pero no se detiene por mucho tiempo en el lamento o nostalgia por la ausencia del padre, pensando en Gerbasi o en Erika Reginato ,o en la melancolía de comprender el por qué hay que partir, pienso en Márgara Russotto.

Sebastiani Verlezza escribe en la solapa de su libro ; En Partir hago un elogio del movimiento, las rutas, las veredas y los caminos, los que se ven y los que no tanto, los que marcan el deseo y los que súbitamente se esfuman.Me inquieta la visión de esos caminos, su inminencia, sus confines y su lejanía…
Al leer esta cita no puedo dejar de acompañar estas palabras de la solapa de Partir, con una sentencia que viene a mi memoria del poeta Jean Arp cuando dice :”No podemos entendernos en el lenguaje interior sino con los hombres que encontramos en los confines de las cosas”.
Sin obviar las diferencias políticas y sociales, como la inmigración europea que llegó al país durante la post guerra o como la migración que ha sufrido Venezuela en estos últimos diez años, padecimientos muy bien reflejados en este poemario, porque todo poeta lo quiera o no. es tocado, rozado, perturbado por su entorno, su contexto, y por su tiempo. Partir va mucho más allá, Alejandro Sebastiani Verlezza reflexiona y se reencuentra con su singular lucidez, con la lengua italiana de sus ancestros y parientes italianos que migraron a esta tierra y que él ahora ha tenido que ver retornar a Italia.
Sebastiani Verlezza los ha visto toda su vida que van y vienen, confiesa Partir y Volver y en ese movimiento,desplazamiento por veredas , caminos como muy bien los llama, advierte desde ese paso que hay desde el vecindario a la consciencia ; el extravío.
Corro hacia mí
pero no me encuentro
-o eso parece-
( y más adelante en el poema)…..
-nadie sabe cómo suena este misterio-
porque oír lo que no puedo del todo,es la dicha….
Y Márgara Russotto, décadas antes, pareciera responder a Alejandro así : Cuando ya me iba/ cuando solo apenas/ yo comenzaba a comprender. Mientras escribía estas líneas también recordé a María Zambrano, filósofa y gran estudiosa del lenguaje poético . Ella dice:“ El poeta sigue quieto esperando la donación y cuanto menos tiempo pasa,menos puede decidirse a partir, y cuanto más se demora el regalo soñado, se vuelve hacia atrás, se deshace, se desvive, se reintegra cuánto puede, a la niebla de donde saliere “.
La palabra de Alejandro Sebastiani Varlezza, su poesía, su Partir , anuncia el asombro del poeta ante el amor, la vida y la muerte, por eso se deshace, parte, pero también se reintegra en la vuelta, en la vida que renace , en el movimiento del viaje. aún estando en el mismo sitio”.
Cito otros versos de Alejandro :
El paisaje está ahí,
siempre moviéndose
aunque a veces lo quiera ver fijo
Partir, quizás una metáfora del desengaño ante el desencuentro. Partir también significa según el diccionario ; dividir. Entonces, ¿cómo puede ir lo que se ha partido, ¿ acaso parte lo que ya está dividido?,¿ cómo hacer de lo partido una unidad para emprender el viaje, nuestro viaje?
Versos del poema Partir y otros
“dejar la habitación en cero/los muros más blancos que nunca”
” tan blanco como el mar que evoca”
” ¿Quiénes se han ido?/¿Dónde están, los que supieron amarrarse al mástil?/
¿ Dónde viven ? /¿En cuáles armas?/”
Reminiscencia de los clásicos Omero, Eneas y tantos que se pasean por el libro, comenta Carmen Verde.
Ya finalizando. Partir lleva dentro de si la posibilidad del amor; ese temblor previo al que alude su autor ,que se da justo en la víspera de los viajes y es distinto al temblor que sentimos en la infancia cuando mientras crecemos, vemos partir a nuestros abuelos,a nuestros tíos, parientes, seres queridos; viajamos pendientes de aquellos que están al otro lado del océano, o de la muerte. El viaje que hacemos a lo largo de nuestra vida. Cito a Alejandro : Largo y más que largo es el camino hacia la distancia Es acá donde el poeta Alfredo Silva Estrada, en su poema titulado Antes de partir. dice: Antes de partir no te detengas a mirar esas sábanas en desorden y ese vaso donde tantas veces uno ha bebido.
Celebro la fuerza de este libro, de esta voz, del lado de acá y del lado de allá. La voz que parte desde los confines y regresa acompañada de otras voces como las de la poeta Enriqueta La Riva y esto me recuerda Alejandro Sebastiani que Partir es un poemario que regresa voces cercanas, en un tono casi de habla cotidiana , hermanado con la palabra de poetas de padres italianos, pero también sostenida por los grandes pilares de la poesía venezolana. que parecen estar de vuelta, Alfredo Silva Estrada y Enriqueta La Riva; así lo deja ver Partir.
Alfredo Chacón
Cuando yo terminé de responder al privilegio que se me concedió, de escribir las líneas de contraportada de este libro, dije, bueno; queda el acto de presentación y si no se entiende totalmente ahí, tendré una nueva oportunidad para explicar el texto. De manera que con toda sinceridad, lo que he querido hacer hoy, es insistir en las palabras que escribí para la contraportada de Partir.
Dos preguntas, muy de lector pre – inaugural, quizás se justifiquen como llamado a la atención de los próximos y verdaderos lectores de este nuevo libro del joven poeta Alejandro Sebastiani Verlezza.
Puesto que su título consiste en una sola palabra partir, o más bien Partir, ¿qué tienen que ver con ella las demás palabras convocadas por su razón de ser, en las que se jugó la realización de sus poemas?, ¿ Y cuál de las dos maneras de enunciar dicha palabra es la que a este poemario le concierne, partir o Partir?. La pregunta responde a que entre ambas opciones rige una diferencia y en esta diferencia radica el meollo del libro.
En efecto, los poemas que aquí se dan a leer, consolidan un singular auge de la movilidad textual. El franco dinamismo de todo lo que ellos dicen, incluso sin que falten las instancias en que así se proclama: vamos y venimos del paso disuelto en lo alto y lo bajo. Más en ellos resulta decisivo algo aun más importante. Aquí, en todas y cada uno de estos poemas, lo que se dice es real no porque tome como simple referencia a una realidad externa a la palabra que la dice, sino porque en los textos logrados por esta palabra se celebra la capacidad poética de constituirla como tal.
Aquí no se trata de partir sino precisamente de Partir.
Entre todas las diferencias que ha habido, hay y sin duda alguna, va a seguir habiendo en los mundos de la poesía; poesía sagrada, poesía política, poesía civil, Realismo Social. Romanticismo, Surrealismo, Simbolismo y muchas más, la que más me interesa, me concierne y quisiera transmitir cada vez que tengo la oportunidad de hablar de eso, es entre el poema que usa el lenguaje que se empecina en tomar el yo que habla ese lenguaje como suficientemente fuerte y como el suficientemente capacitado y justificado para decir lo que está en el poema y el poema que surge de una experiencia tan real como la anterior, pero completamente distinta ; la experiencia que consiste en vivir al filo de las posibilidades de la subjetividad en este caso del emisor de la palabra poética y que no usa el lenguaje, que se arriesga, que se atreve a llegar a los límites del lenguaje y contar mucho más con su virtualidad,que con su experiencia ya dada , codificada, establecida y condenada a pasar por los engranajes de la mediocridad universal del sistema educativo; elemental, secundario y universitario, No me refiero solamente al caso venezolano, es universal.
Quise decir en estas líneas y me encanta haber tenido la oportunidad de explicarlo, que el libro de Alejandro Sebastiani Verlezza se inscribe en una órbita que no se da el lujo , lujo inservible, lujo que no sirve ni para ostentar, de usar el lenguaje como si fuera un instrumento sino de los que admiten que vivir en poesía y vivir para la poesía, consiste en recorrerse hasta el propio límite, y recorrer el lenguaje hasta su propio límite. En ese encuentro incierto por definición , pero el más fecundo de todos los posibles encuentros entre ser humano y palabra, instaurar la esperanza y la pasión del poeta. Yo celebro que en Venezuela se hayan ido dando con más o menos decisión, síntomas,pruebas de que esta ruptura que tiene representantes en Venezuela , acoja entre su lista a este libro que Alejandro nos regala hoy gracias a todas las generosidades que nos han reunido aquí, mucho más que un libro donde llueve sobre mojado y parte hacia la opción de la responsabilidad y de la pasión que promete mucho más que la otra.
