Rafael Cadenas recibe el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana
El galardón reconoce el conjunto de la obra poética de un autor vivo que, por su valor literario, constituye una aportación relevante al patrimonio cultural común de Iberoamérica y España

Rafael Cadenas es arte. Amanece y es noticia porque obtuvo el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. Éste es un reconocimiento más a la trayectoria de uno de los más prolíficos y queridos poetas venezolanos. Su obra da cuenta de una vida dedicada a la palabra: “arqueólogo del español”, como le han dicho en alguna oportunidad. En ella también se aprecia la evolución de un hombre, de un intelectual y de un escritor que lleva a su país en las venas y lo intenta agitar a punta de versos como los de Ars poetica:
Que cada palabra lleve lo que dice.
Que sea como el temblor que la sostiene.
Que se mantenga como un latido.
Aquel joven que en Derrota (1963) drenó la frustración y la depresión, seguramente vería como un espejismo la idea de salir a recorrer ferias y bibliotecas de todo el mundo para compartir su obra; la idea se ser traducido a varios idiomas, la idea de ser premiado internacionalmente por su sentida labor. Honoris causa de la Universidad de Los Andes, de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado y de la Universidad Central de Venezuela, a tan solo dos años de recibir el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca, vuelve a los diarios con buenas noticias.
En aquella oportunidad, el veredicto destacaba su obra por “directa, minimalista y exigente con el idioma (…) siempre lúcida, deliberadamente marginal y muy callada”. El tímido escritor dedicó ese premio a Venezuela, que ya en ese momento sufría los desmanes de la crisis que hoy es inaguantable.
Pero el autor, que nació la Barquisimeto de 1930, empezó su carrera con la publicación de Cantos iniciales en el 46, con prólogo del también guaro Salvador Garmendia. Más adelante, a comienzos de la década de los setenta, formó parte de la agrupación «Tabla Redonda» con figuras como Manuel Caballero, Jesús Sanoja Hernández, Jacobo Borges y militó en el Partido Comunista de Venezuela. Luego de la cárcel, el exilio y de una larga producción dentro de la escritura de poesía y ensayo, queda en el imaginario del país, como maestro de las letras.
Gran parte de su poesía -Una isla, Los cuadernos del destierro, Falsas maniobras, Memorial, Intemperie, Gestiones y Amante- y de su prosa –Realidad y Literatura, En torno al lenguaje, Anotaciones, Dichos, Apuntes sobre San Juan de la Cruz- están recogidas en Obra entera, publicación del Fondo de Cultura Económica (México) y luego en la Editorial Pre-textos (España).
Otros premios que ha obtenido en su carrera: Premio de ensayo de Conac (1984); Premio Nacional de Literatura (1985); Premio San Juan de la Cruz y Premio Internacional de Poesía «Juan Antonio Pérez Bonalde» (1992) ; Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances (2009); Premio Andrés Bello de la Academia Venezolana de la Lengua (2015) y Premio de Literatura FILCAR (2017).
Premiarlo, es premiar el arte y a Venezuela. Para no perder el nombre también tiene El otro veredicto:
Tu patria, la vida
no concede premios.
Sólo
te sostiene.
Cuanto más suyo,
más extranjero.
Así, te afianzas
y dices: hay algo
en lo que no puedo equivocarme:
sobre mi país de origen.