Ugo Ulive: Variaciones hiperreales para un genio “imposible”
El gran hombre de teatro uruguayo -venezolano falleció en Caracas a la edad de 84 años

ESCENA I:
Interior. Sala Cinemateca de Uruguay. Día. Una joven periodista espera a un artista. Un hombre de teatro con mayúsculas. Actor, director, dramaturgo y maestro. Cineasta y escritor. A lo largo del encuentro se sumarán voces familiares y cercanas al artista, que nació en aquel país, vivió y murió en este otro. Venezuela.
Entra a escena un hombre alto. De tez blanca, con el cabello cortado muy al ras. Vestido de negro. Siempre de negro. Una mirada azul potente.
Entra un sonido con algo de “tierra” proveniente de una radio vieja.
OFF:
Hoy presentamos la Verbena de la Paloma. Es el programa dominical infantil Compañías de Zarzuela y Sainetes del maestro Torrejón. Entra a la escena un niño de 12 años que tironea la falda de la madre. Están parados frente a una estación de radio. Ella sonríe. Se adentran en el recinto. El pequeño ha iniciado su trayecto en el mundo del espectáculo. El mismo que años más tarde sería actor, director, dramaturgo y cineasta nacido en Montevideo en 1933, Ugo Ulive Melgar.
HABLA CON LA ACCIÓN. SE SIENTA EN LA SALA.
Ulive: El tiempo es un disolvente implacable. No recordaba esta sala- de cine- donde tantas horas de mi vida invertí. Igual me pasó con El Galpón.Me costó reconocerme allí. Pensar en los montajes, recordar al viejo Atahualpa del Cioppo.
– Acabo de salir del ensayo de la reposición de Reynaldo mi pieza sobre el artista Reynaldo Hahn, pianista, cantante y compositor venezolano. Llegó a ser director de la Ópera de París. Y fue un gran amor de Marcel Proust. La hicimos en el año; Ya ni se, todos se me agolpan ¿La conoces? Ulive canturrea : Ne touche point ma fantaisie/ Au prix de très grâces de tes yeux.
Periodista: Solo de nombre, esa pieza como todo su teatro lo escribió en Venezuela.

Ulive: Cierto. También Prueba de Fuego para pensar en voz alta, cómo fue que la izquierda se fue a la mierda en Venezuela. Los personajes son Cesar y Mariñito: uno que quiere la pacificación,otro que no. Danza Macabra que se estrenó en la Sala Rajatabla dirigida por un joven director venezolano que también es actor Basilio Álvarez, quién también se fue del país; además Baile de Máscaras y Después y Siempre, todas están editadas por un fondo del Estado. Y luego un pequeño ensayo La soportable levedad de Brecht.

Periodista: ¡Lo felicito por el Premio Nacional de Teatro de Venezuela que le otorgaron en 1990 ! Justo reconocimiento a su trayectoria y a la entrega al teatro de ese país.
Ulive: Todavía no puedo creer que ensayaba hasta ocho horas diarias. En un momento llegué a dirigir tres piezas simultáneas. Y luego ya solo quería hacer teatro para mis amigos. Fueron más de 50 años. Ya no más. ( HACE UNA PAUSA CHEJOVIANA) ¿El premio? Me permite vivir pobre y decentemente , pero vivir.
Periodista: Muy hermoso el libro de sus 50 años de actividad teatral, bellísimas las fotos. Una edición muy cuidada.
Ulive: Es obra de un alumno querido de la escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela donde doy clases: Luigi Sciamanna a quien dirigí en una obra de Isaac Chocrón. Escrito y Sellado, la estrenamos en 1993 en el Centro Cultural Consolidado en Caraca.
Periodista:¿Cómo le fue con la presentación de su novela Danzas Tristes(2009)?
Ulive: Los costos de producir un libro son una grosería, menos mal que se empeñaron en editarla acá. En Venezuela no hay ni papel. Veremos si a alguien le interesa la historia de dos bailarines Clotilde y Alejandro Sakharoff. Estoy en otra, Las Cenizas de Marx (2005)
Periodista: ¿Se siente bien volver a casa? ¿Se siente en casa, aquí se hizo actor a los 15 años…Una obra de Tagore creo… Hizo parte del Teatro del Pueblo y fundó El Teatro El Galpón, junto a Atahualpa del Cioppo, aquí dirigió las películas Como Uruguay no hay, Elecciones y ¡Basta….! El hijo pródigo…¿Qué dicen allá de su partida?
-Ulive . Me tratan como a un prócer. Casi me siento estatua.

– Periodista: Veamos un video. Es un viejo amigo suyo un crítico que ingresó a la Academia Venezolana de la Lengua. Se proyecta la imagen de Leonardo Azparren Giménez: “Con la partida de Ugo Ulive perdemos al más grande director de la escena teatral que ha tenido el país”
Ulive: Exagerados y barrocos. Leonardo Azparren es un crítico e investigador que desde siempre se ocupó de registrar el trabajo de El Nuevo Grupo. Podés imaginar un teatro, uno no, dos; la pequeña Sala Juana Sujo y el Teatro Alberto de Paz y Mateos, ambos personajes desembarcaron antes que yo y produjeron grandes cambios en el teatro. Esos dos espacios situados en una zona muy céntrica nos permitieron montar las piezas del teatro de tres dramaturgos Isaac Chocrón, José Ignacio Cabrujas y Román Chalbaud, pero además todas las obras del repertorio universal moderno americano, europeo y los autores emergentes: lo que se nos diera la gana, un espacio para los escenógrafos, directores, vestuaristas, diseñadores… la cantidad de gente que salió de esos talleres y de esa praxis. Fue una catapulta de talento. Allí estuve desde 1967 hasta 1976. Y un día, tristemente desapareció el Nuevo Grupo, ahogado por la suspensión del subsidio oficial en 1988, cosa que más tarde se extendió a todos los grupos de teatro.

Periodista: Lo tomé del muro de Leonardo Azparren en Facebook a unas horas de su partida.
“Además, su riguroso y, a la vez, creativo trabajo con los actores y la brillante manipulación del tiempo performativo le hicieron dueño de un discurso complejo, denso y atractivo. En la interpretación del texto y de la escena, Ulive buscó alejarse de la mímesis con la valiosa colaboración del escenógrafo Gómez Fra, creador de espacios escénicos siempre únicos. Dirigió al actor con rigor técnico clásico, pero le exigió una nueva actitud intelectual en la comprensión del texto. Inquirió la estructura profunda de los textos para historiarlos en la escena. Hizo del lenguaje escénico una experiencia estética y, en casos, un acontecimiento que trascendió lo teatral para demandar un compromiso con el mensaje comunicado”.
Periodista: Cuba ¿qué tal ese capítulo?
Ulive: Me enamoré del trópico. Como le dije a una colega tuya Rosalba Oxandabarat, a finales del 60 fui invitado a dirigir el Teatro Nacional de Cuba, y la embajada americana me negó la visa. Tuve que esperar tres días un avión en Panamá. Salí a la calle en Panamá y dije: qué es ésto, qué maravilla ese calor, ese sol, esa luz… me enamoré, y eso siguió en La Habana. Regresé al Uruguay y después se dio la posibilidad de ir a Venezuela, fui por tres meses y me fui quedando, aparecieron amores….cuando quiero acordarme tengo más de 30 años allá. Me nacionalicé venezolano
Periodista: ¿Cuántos montajes llegó a dirigir en Venezuela?
Ulive: En el Nuevo Grupo…no menos de 15 montajes entre los años 1967 y 1976, hasta volví a las tablas como actor junto a Marcel Roche ( La ciudad cuyo príncipe es un niño de Montherlant) teníamos que ganar espectadores porque nadie conocía esa salita llamada Juana Sujo. Varios de los montajes me trajeron importantes reconocimientos otorgados al teatro en Venezuela: Las criadas de Jean Genet – ganó tres premios Juana Sujo, entre ellos a la dirección; El tuerto es rey de Carlos Fuentes- me dio el primer Premio Municipal de Teatro, y luego con To3 me gané el segundo. Deja ver si recuerdo otras piezas que monté: La tigresa de Murray Schisgal, Cuento del zoológico de Edward Albee, El regreso al hogar de Harold Pinter, Black comedy de Peter Schaffer, Recuerdos de Tulipa de Manuel Reguera Saumell, Aquí hace calor de Aníbal Nazoa, Aquellos tiempos de Harold Pinter, Si no te acercas demasiado de Simón Grey, Los japoneses no esperan de Ricardo Talesnik, ; Arlequín, servidor de dos patrones de Carlo Goldoni, El hombre la bestia y la virtud de Luigi Pirandello.
-A mi gran amigo Isaac Chocrón . continúa Ulive -le dirigí buena parte de sus piezas; la última, Escrito y Sellado, con este chico que hizo el libro, Luigi quién se estrenaba como actor. Hoy es un hombre de teatro integral : actor, director y dramaturgo. Isaac no paraba de inventar cosas. Luego me invitó, a la Compañía Nacional de Teatro, un proyecto que fundaron en 1984, para crear espectadores en el oeste de Caracas. Entré en la temporada de 1986. Hacíamos funciones de miércoles a domingo, dobles los fines de semana para casi 400 espectadores. Allí dirigí Panorama desde el Puente de Arthur Miller y Acto Cultural de José Ignacio Cabrujas en dos versiones: una andina y triste y otra barroca.
Periodista: ¿Es cierto eso de que marcó un antes y después en la dirección con autores contemporáneos que llevó a escena en Venezuela? ¿Cuáles y con qué piezas?
– Recordé a la bella Dahd Sfeir. En Impromptu en Ohio. ¡Que actriz! La puse adherida a una puerta y desde allí sacaba la cabeza, no la cabeza, los labios unos gigantescos labios rojos. Ella vino a Venezuela exiliada en 1973 hasta el 85. Me preguntabas por los autores: Samuel Beckett. Impromptu, formaba parte de Beckett Hoy (1985), junto a Not I; y Rockababy y de Samuel Beckett ; y luego con la Asociación Cultural Humboldt , hice un ciclo Heiner Müller con La Máquina Hamlet (1986) y La Muerte de Empédocles de Holderlin (1988) que también escribí- a partir de unos textos inconclusos de Holderlin, para hablar de ese hombre al que los dioses amaron y luego abandonan…O al artista que abandona el genio inspirador y se repite hasta ser una mueca de sí mismo…Siempre con la mirada del escenógrafo Gomez Fra que supo traducir el espacio escénico que yo tenía en mente.

Periodista: Leo “Becket hoy, La muerte de Empédocles y La Máquina Hamlet son trabajos verdaderamente poderosos, que dejaban claro que Ugo Ulive era un director enorme en cualquier parte del mundo”
Ulive: ¿Quién dice eso?
Periodista: Es conmovedor. Es el sentimiento de todo un país teatral. Héctor Manrique, director y actor venezolano dice: “Ugo Ulive para mi ,como para muchos actores del teatro venezolano, es una referencia. Es inolvidable su pieza- escrita y dirigida por él- Prueba de Fuego– una de las primeras obras que vi en mi vida, siendo un adolescente. En aquel momento las actuaciones de Omar Gonzalo y José Ignacio Cabrujas, en los roles de César y Mariñito- me impactaron por la verdad con que estaban hechas. Y puedo decir sin ninguna duda, que me impulsó a querer dedicarme a este oficio. Ulive es sin duda uno de los grandes”.